Guadalupe Adrián/Mérida
Las fuertes lluvias que cayeron en Mérida el pasado fin de semana reavivaron los problemas de graves encharcamientos en sitios concurridos como el área de comida adjunto al mercado de La Pepita y el estacionamiento subterráneo del San Benito.

Inició la temporada de lluvias y con ellos un martirio para quienes a diario tienen que transitar por los diversos pasillos del interior de estos centros de abastos de Mérida o por las inmediaciones del lugar.

En las épocas de lluvia, los comerciantes y compradores tienen que soportar las goteras, los lodazales en los pisos, las aguas negras, el olor pestilente y grandes encharcamientos por todas partes a través de las filtraciones de techos y paredes.

En recorrido realizado ayer por los mercados Lucas de Gálvez y San Benito, se observó áreas anegadas en el interior de estos centros de abastos y se constataron los fétidos olores que despiden estos lugares debido a las lluvias que cayeron en días pasados.

A pesar del mal olor que despiden los pozos, gran número de familias desayunaba en esta área soportando la fetidez del lugar.

Asimismo, el estacionamiento subterráneo del mercado San Benito esta anegado y despide un desagradable olor. A todo esto, quienes estacionan sus vehículos en el lugar tienen que esquivar el goteo de las aguas turbias y cuidar no resbalarse y caerse.

Cabe mencionar que gran parte de los encharcamientos se deben a que los propios locatarios y vendedores ambulantes tiran su basura sobre los canales pluviales, lo que genera que se tapen los drenajes generales, y por consiguiente se anegan los espacios generales de los dos principales mercados de la ciudad, el estacionamiento y las áreas aledañas donde transitan miles de personas a diario.