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(Especial)
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MÉRIDA.- Pocas veces se ve una escena como esta. Quizá solamente en días inhábiles, aunque en esas fechas conforme pasan las horas la gente va poblando las calles. En esta ocasión no fue así, el tiempo transcurrió y las calles continuaban vacías. Esta prácticamente era una ciudad desierta.  

Las calles del centro de la ciudad, de las diversas colonias y fraccionamientos de Mérida se observaron sin gente durante la mañana de este domingo, incluso en los puertos no se reportó la afluencia de gente que ahora está haciendo caso de las indicaciones que están dando las autoridades estatales de no salir de casa, solo en caso de ser necesario.

 

En la Plaza Grande por ratos se podía observar a turistas que llegaban en grupos a recorrer el Centro Histórico de la ciudad, por lo que algunos guías  ofrecían sus servicios. 

En el centro solo se vieron algunos ambulantes que ofrecían sus productos a los pocos transeúntes que pasan por sus puestos.

 

Sin embargo nunca faltan los que no responde, y es que algunos padres despistados acudieron al parque de la colonia María Luisa llevando a sus hijos a distraerse un poco, según comentaron porque ya están fastidiados los niños y no creen que por esta salida “les pase algo”.

La ciudad lució vacía, calles de colonias y fraccionamientos de Mérida sin gente ni vehículos transitando durante el día; los puestos de cochinita estuvieron vacíos en su mayoría, según los vendedores los clientes llegaban solo pedían por kilos y se retiraban.

En el puesto de las calle 60 sur con 101, a un costado de la iglesia de San Francisco, normalmente se venden seis latas de cochinita y comienzan desde las cuatro de la mañana, pero en esta ocasión la gente llegó varias horas después y solo vendieron cuatro latas de 20 kilos:

“Estuvo baja la venta, normalmente cuando la gente sale de los antros o regresa de una fiesta pasan a comprar sus tortas porque desde temprano ya estamos ofreciendo servicio, pero en esta la gente comenzó a llegar más tarde”, indicó el dueño del puesto, Miguel Méndez.

En avenidas como la Itzaes y algunos tramos de Circuito Colonias no había tránsito vehicular y solo por momentos circulaban camiones o combis que llevaban a tres o cuatro pasajeros como máximo. Mérida fue prácticamente una ciudad desierta.

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