Mérida, pasado y presente: su fundación (2)

Para el siglo XVII los pueblos de indios se fueron integrando a Mérida, primero los de San Juan y Santa Lucía, y de Mejorada.

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Durante de la consolidación y fundación de la ciudad de Mérida, la parte central debía ser morada exclusiva de pobladores europeos y los indígenas residirían en los pueblos de alrededor. (Sergio Grosjean/Milenio Novedades)
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Sergio Grosjean Abimerhi/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- La semana pasada comentamos que hace unos días nuestra Mérida cumplió años, y continuando con la crónica en la que viajamos por el tiempo hasta posicionarnos en el presente, durante de la consolidación y fundación de Mérida, de acorde a la jerarquización social, la parte central de la ciudad debía ser morada exclusiva de pobladores europeos y los indígenas residirían en los pueblos de alrededor. 

Sin embargo, con el paso del tiempo también se dio una separación en el  interior de la población española y, por consiguiente, la apropiación del espacio urbano fue determinada por su estatus social y económico,  reproduciéndose en escala menor el esquema concéntrico, es decir,  en el que los lugares privilegiados iban del centro a la periferia , y para ser más precisos, mientras más cerca de la plaza principal mejor lugar era.

Una década después de la fundación de Mérida y comenzado la construcción de las principales obras, la ciudad había incrementado notablemente su población, gracias al establecimiento de los conquistadores que no abandonaron la región en busca de mayor fortuna en otros territorios, tanto por la llegada de esposas que vinieron desde España o por relaciones  otras mujeres al sitio,  además de nuevos pobladores recién asentados.

Entonces el alcalde mayor Gaspar Suárez de Ávila, donó un solar ubicado en el costado norte de la Catedral para la construcción de un hospital. Al concluir la construcción de ese edificio, el cual no fue habilitado de inmediato, el Cabildo solicitó que fuera donado para utilizarlo como convento de monjas, sin embargo, el rey no autorizó el cambio y finalmente el Ayuntamiento encontró recursos para sostener a los enfermos desvalidos. 

En el ocaso del siglo XVI,  el gobernador Antonio de Vozmediano, aparentemente con el apoyo de gran parte de la población solicitó que se fundase en Mérida un convento de monjas.  Para dicha obra se donó un extenso terreno ubicado a una cuadra al poniente de la plaza mayor. El terreno se ubicaba al final del enorme cerro de Backlumchaan, y constituía, en aquel tiempo, los límites de la ciudad por ese costado.

En el plano que representa la Mérida de aquel entonces, se observa claramente las dimensiones de aquel enorme cerro ,  y que según el sacerdote Diego de Landa, las edificaciones mayas ubicadas en esta parte de la naciente ciudad de Mérida eran realmente bellas.  

Para el siglo XVII la ciudad inició su lenta expansión: en los primeros años de esa centuria los pueblos de indios se fueron integrando a Mérida, primero los de San Juan y Santa Lucía junto con el de Mejorada, éste último por el oriente de la ciudad y asiento de uno de los  conventos de la orden  de San Francisco. Los pueblos de Santiago y San Cristóbal, éste al sur, se incorporaron también como barrios, aunque su integración fue menor y laxa. Para ese entonces aparece el pueblo de San Sebastián que junto con los de Santa Catalina y Santa Ana permanecerían como pueblos de indios. 

Esa expansión urbana fue notoriamente más acelerada por el oriente, norte y sur de la ciudad,  quedando el poniente en un proceso más lento presumiblemente por constituir el camino de acceso a Santa María de Sisal, puerto de extensión comercial de Mérida, el cual en muchas ocasiones conoció el asedio de la piratería , Curiosamente, en el presente, la zona que más se está desarrollando es precisamente el poniente, a diferencia del pasado que fue la que menor desarrollo presentó tal y como observamos.  Continuará el próximo lunes. Mi correo es [email protected] y twitter @sergiogrosjean

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