Luis Fuente/SIPSE
MÈRIDA, Yuc.- La tarde del domingo, falleció un niño de 20 meses de nacido: se asfixió con una gasa que le habían colocado en el paladar, tras ser operado por labio leporino.

Los hechos sucedieron en el fraccionamiento San Ángel, de Kanasín, donde el padre se dio cuenta de que su hijo tenía problemas para respirar, pero pensó que era normal después de la operación.

Sin embargo, unos 10 minutos después, el papá regresó y descubrió que su hijo estaba inconsciente y no reaccionaba. Al lugar llegó una ambulancia de Kanasín, pero los paramédicos sólo confirmaron la muerte del infante.

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Este caso trágico surge en medio de la indignación por la muerte otro bebé, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado dentro de una bolsa, en un camellón, cerca del centro médico "Ignacio García Téllez", también conocido como "clínica T-1" del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).