Joel González/MÉRIDA
Emblemáticos edificios yucatecos donde operan importantes museos de la entidad que cuentan con valiosas y prestigiadas colecciones son protegidos las 24 horas del día por sistemas especializados y con protocolos de seguridad como marcan los estándares internacionales.

Tres de los principales recintos de cultura de Yucatán se encuentran en antiguas construcciones que requieren de mantenimiento continuo y de constante supervisión estructural y de instalaciones, a fin de preservar el patrimonio histórico, por lo que las autoridades de los tres niveles de gobierno no han escatimado recursos para esas arduas labores.

En el caso del Museo Regional de Antropología Palacio Cantón, que opera en una bella casona de principios del siglo XX, se ejecuta un programa de gestión de riesgos con distintos sectores de seguridad regulados por un jefe y un departamento de conservación.

El Museo de la Ciudad de Mérida, inaugurado en 1908, llegó a albergar oficinas de telégrafos, correos y tribunales.

Cinco grandes retos

Ahí se trabaja en planes de cinco pasos expuestos en diversas zonas del edificio para reaccionar a distintos tipos de escenarios: fuego, delito o robo, huracán, inundación y recientemente fue incluida la logística en caso de temblores, informó la dirección del museo.

Se indicó que 15 personas conforman cuadrillas de reacción capacitada para actuar; además, cuentan con un manual interno de seguridad y la normativa a nivel nacional emitida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que incluye 12 sensores de fuego ubicados en la bodega de colecciones, donde están identificadas las piezas a salvar primero en caso de desastre.

En el caso del Museo de la Ciudad, ubicado en un edificio construido durante el porfiriato, el director de Cultura del Ayuntamiento de Mérida, Irving Berlín Villafaña, indicó que la seguridad se apega a los cánones internacionales, que marcan extintores (40), sensores de movimiento en puertas y ventanas, sensores de fuego y circuito cerrado de vigilancia que da a una central de observación y la empresa de seguridad que presta los servicios; cuando se tienen eventos de mucho peso cultural, las cámaras coinciden con las de la policía municipal.

Agregó que el siniestro sucedido en el Museo Nacional de Río de Janeiro, Brasil, hace unos meses, tiene que ver con recortes presupuestales, lo que no es problema para el Ayuntamiento; sin embargo, hay riesgos por cortocircuito, ya que no se pueden evitar, incluso, hay registros de estas fallas en instalaciones nuevas, lo que deriva en la supervisión y mantenimiento periódico.

Por su parte, el Museo Fernando García Ponce, Macay, enclavado en el Ateneo Peninsular, cuenta con un comité interno de Protección Civil que trabaja con los mismos protocolos, donde el personal de vigilancia es capacitado dos veces al año, y cuenta con equipo de 32 extintores.

El Ateneo Peninsular está justo a un costado de la Catedral de Mérida.

Edificios con gran belleza e historia

Los edificios que ocupan tres de los principales recintos culturales de Yucatán poseen, además de gran belleza arquitectónica, un patrimonio histórico incalculable...

El Museo de la Ciudad de Mérida, de gran valor arquitectónico e histórico, fue inaugurado el 5 de mayo de 1908 como Palacio Federal, bajo el mandato del entonces gobernador Enrique Muñoz Aristegui, y en su interior albergó las oficinas de telégrafos, correos y tribunales.

El edificio fue diseñado y construido por el ingeniero Salvador Echegaray, en estilo neoclásico con toques del francés y finos acabados de piso, muro y cancelería.

En el museo se exhiben objetos representativos que marcaron la época cuando servía como servicio postal; también se muestran unas 150 piezas con gran valor histórico y arqueológico.

Uno de los edificios más bellos de la ciudad, el Palacio Cantón, fue construido de 1904 a 1911 es de estilo ecléctico afrancesado con elementos barrocos y neoclásicos. Los detalles del interior fueron realizados por el escultor Michele Giacomino; el proyecto fue desarrollado por el arquitecto Enrico Deserti, quien también dirigió, en la misma época, la edificación del teatro Peón Contreras. La construcción estuvo a cargo de Manuel G. Cantón Ramos, quien fuera sobrino del general Francisco Cantón, propietario de la casa.

Por su parte, el Ateneo Peninsular se encuentra en el Centro Histórico, contiguo a la Catedral de Yucatán dedicada a San Idelfonso, la más antigua de América; su nombre proviene del nombre del museo que tuvo un uso religioso.