Obispo yucateco, precursor del uso de redes sociales en la Iglesia Católica

La jerarquía eclesiástica deja atrás la desconfianza que le generaban las nuevas tecnologías, y ahora apuesta a ellas para acercarse a los jóvenes.

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El obispo Jorge Carlos Patrón Wong es muy activo en redes sociales. (SIPSE)
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Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- La Iglesia Católica dejó atrás la desconfianza en las redes sociales, reconoció su poder para alcanzar espacios de difícil acceso, como a jóvenes, e implementó una apuesta que incluye el desembarco del Papa Benedicto XVI en Twitter.

Hasta hace algunos años, la jerarquía eclesiástica veía desde afuera a las llamadas "nuevas tecnologías" y sólo se refería a ellas mediante reflexiones teóricas, mensajes pastorales que ponían de manifiesto sus ventajas, pero también alertaban sobre sus peligros.

El cambio surgió de "abajo hacia arriba", fueron los fieles los primeros en llevar el mensaje católico a esos espacios, luego le siguieron los grupos y asociaciones, sacerdotes y parroquias, hasta que algunos obispos se animaron a incursionar en el mundo virtual.

En México uno de los primeros prelados en dar este paso fue Jorge Carlos Patrón Wong, joven obispo de Papantla, Veracruz, que en la actualidad, y tras dos años de presencia, tiene tres perfiles de Facebook que cuenta con 15 mil abonados y una cuenta de Twitter con tres mil 207 seguidores.

"Hoy todas las nuevas realidades pasan por Twitter, por Facebook, por las redes sociales y por los medios de comunicación. Al mismo tiempo estas herramientas deben pasar por la realidad, es una carretera de dos vías", explicó el clérigo en entrevista con Notimex.

"En la Iglesia debemos aprender que el evangelio tiene que transmitirse a través de estas tecnologías, pero también debemos cerciorarnos que esos medios de comunicación realmente comuniquen la buena nueva", dijo el obispo durante su reciente visita al Vaticano.

"Son y pueden ser un excelente canal para que la verdad florezca", agregó Patrón Wong.

Precisó que el incursionar en las redes sociales no es sólo una cuestión de capacitación técnica o un impulso de la moda, sino un cambio cualitativo en la manera en cómo se relacionan los seres humanos.

El obispo sostuvo que el mundo virtual exige dos cosas: presencia real y coherencia.

El obispo sostuvo que el mundo virtual exige dos cosas: la presencia real y la coherencia. La persona, la vida y las ideas.

Advirtió que no se trata sólo en "lanzarse a lo virtual".

Para el obispo el miedo a usar esos instrumentos tecnológicos no es exclusivo de las autoridades eclesiásticas, sino de toda una generación de adultos que no se siente segura con ellos.

Narró que cuando unos jóvenes le enseñaron a usar Twitter y Facebook, sus papás fueron a verlo sorprendidos, algunos cuestionados y otros incluso "levemente disgustados" porque un obispo usaba esas herramientas.

"¿Qué significa que un obispo tenga tres perfiles de Facebook llenos con 15 mil muchachos y que ellos no quieran ir al perfil público? ¿Qué significa que le den a un obispo la llave de su espacio privado?, cuestionó el religioso.

"Representa una confianza muy grande, el deseo que una figura a la cual reconocen como adulta y de la Iglesia, esté en su mundo", respondió.

"¿Saben lo que representa el poder acceder a sus fotografías y a sus comentarios? Cuando les hacía ver a los padres esto, ellos caían en cuenta que se trataba de una seguridad, de una bendición de Dios y un gran valor de la juventud. No se gana nada en criticar el mal uso de Twitter y de Facebook", añadió.

Consideró que, por el contrario, cuando los jóvenes no dejan ingresar a su mundo en las redes sociales a sus papás, a sus profesores u otras figuras de autoridad es un mensaje y llama la atención porque se manifiesta una interrelación de desconfianza.

"El obispo tiene algo que decir, aportar y aprender. De la misma manera el sacerdote, el religioso, los jóvenes, los niños, todos tenemos algo íntimamente original que aportar y todos, sin excepción, debemos aprender de los demás", afirmó.

"Si uno entra en las redes sociales puede descubrir esa verdad de fondo, de esta realidad deseada y querida por Dios. Una nueva forma de relacionarnos", aseguró.

"Así las redes sociales se transforman en una bendición para hacer realidad el deseo de Dios de una humanidad en la cual seamos hermanos", apuntó.

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