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Hoy me quiero centrar en una palabra: sacrificio, según uno de sus significados en el Diccionario de la Lengua Española, es el acto de abnegación inspirado por el amor, amor que podría ser a la vida, amor a nuestros seres queridos, amor a nosotros mismos, amor a retomar nuestras libertades, que hoy más que nunca añoramos. Sacrificio es lo que cientos, miles de personas están haciendo en estos momentos, comenzando con nuestros médicos, enfermeros y enfermeras, todos aquellos que están en los hospitales haciéndole frente a un enemigo silencioso que amenaza con acabar con todo por lo que trabajaron por años. Esas personas están enfrentando el reto de sus vidas, porque no solamente están a prueba sus conocimientos, sino su resistencia, paciencia, pero sobre todo su fortaleza ante lo que se encuentren en las camas hospitalarias, desprenderse de su familia por las precauciones que el virus representa, las amenazas que han resistido por parte de personas inconscientes que no saben de todo lo que ellos se desprenden.

Pero no nos limitemos al sector salud, hay muchos que se dedican a prestar servicios básicos: transporte público, venta de artículos de primera necesidad, todos aquellos que por el giro de su profesión u oficio tienen que salir a las calles a ganarse el pan de cada día, con el miedo a contagiarse, pero con la responsabilidad de cumplir con su deber, porque muchos dependen de eso y, al igual que quienes están en los hospitales, tienen que protegerse, limitarse con su familia. Y qué les parece si hacemos más grande la lista, las personas que se han quedado en casa, que desde hace más de 4 meses no ven a su familia, que no han salido de sus 4 paredes por protegerse y proteger a los suyos, pero no dejan que el sentimiento y la preocupación se apoderen de ellos, haciendo que rompan su disciplina ante las medidas preventivas.

Y si nos ponemos a pensar, los protocolos sanitarios, las medidas de restricción, todo lo que expertos y autoridades nos han dicho hasta el cansancio no son más que guías que nosotros tenemos que tomar en cuenta y respetar para proteger nuestra salud. Por eso al hablar de “sacrificio” me llaman mucho la atención aquellas personas que no se pueden desprender de esas salidas, reuniones, paseos en la playa, nadar en el mar y tanta cosa que está prohibida, pero no respetan. Porque mientras unos se están cuidando en extremo y dando todo de sí para salvar vidas, otros más están preocupados por lo que van a subir a redes sociales, por cuál traje de baño es de la temporada y va a combinar con el verano. Cosas que no están aterrizadas en la realidad que vivimos, que ha sido amenazada por tal vez uno de los enemigos más complicados a vencer, que ha cobrado vidas de muchos seres queridos, familiares y amigos; así que, por favor, seamos conscientes y empáticos con todo lo que nos rodea y pongamos de nuestra parte para superar este reto, que estoy seguro lograremos si trabajamos todos juntos.

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