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Uno de los beisbolistas mas famosos de la historia es George Herman Ruth, conocido como Babe Ruth, tuvo el record de jonrones mundial de beisbol de 1934 a 1974, pero si vemos su historia nos damos cuenta de cómo debemos encarar la derrota: durante su carrera Babe Ruth fue ponchado 1330 veces, pero esto no lo detuvo, él sabía que siempre había una nueva oportunidad al bat y con ella una nueva oportunidad de hacer las cosas diferente.

El fracaso solo es una pausa en el camino, un aprendizaje, no es el final, no es lo que nos define, es una experiencia más y la manera en la que la procesemos se convierte en el éxito o en el fracaso; si logramos un aprendizaje de la experiencia, entonces ésta no es un fracaso porque nos ayuda a crecer.

Dice Andrés Oppenheimer en su libro sobre creatividad “¡Crear o morir!”, que el éxito que han tenido las personas que trabajan en Silicón Valley, cuna de la computación, es que no solo no ocultan sus fracasos, sino que están orgullosos de ellos porque saben que les ayudaron a aprender.

El que teme al fracaso no se arriesga, no es creativo porque el miedo lo paraliza.

El que sabe que el fracaso es algo cotidiano, que uno tiene que vivir para aprender, entonces se atreve a hacer cosas nuevas e innovadoras porque disfruta la experiencia.

Siempre tenemos una nueva oportunidad al bat, el miedo al fracaso nos paraliza y no nos deja realizarnos, ni tomar caminos diferentes.

Pero si comenzamos a ver las experiencias como aprendizajes, el fracaso se convierte en un gran maestro y los éxitos también porque al final todos ellos son experiencias y nosotros les damos el valor que queremos.

Fracaso solo son aquellas experiencias que no podemos superar, las que nos duelen tanto que decidimos negarlas en lugar de superarlas; fracaso es dejarnos vencer por el miedo y no ir tras nuestros sueños; fracaso es pensar que no podemos y detenernos; fracaso es darnos por vencidos antes de intentarlo; fracaso es dejar que la opinión de otros pese más que la nuestra; fracaso es olvidar nuestros sueños, no confiar en nuestro instinto, olvidarnos de nosotros y dejarnos guiar por la opinión de los demás.

Pero el fracaso no está en la experiencia en sí, sino en la manera en que decidimos encararlo; el fracaso esta en nuestra interpretación. Así que si te sientes apesadumbrado, si piensas que tu vida ha sido regida por el fracaso decídete a encararlo, a aprender y a superarlo.

Convierte tus fracasos en éxitos o en experiencias, festejemos nuestras equivocaciones como experiencias y tomemos el riesgo de hacer cosas diferentes, de ser creativos.

En el mismo libro dice que la creación es la base del éxito económico de los países desarrollados y que la manera de encarar los fracasos es uno de los factores fundamentales de diferencia entre un país rico y uno pobre.

La diferencia fundamental es la educación, y la principal traba a la creatividad es el miedo al fracaso.

Así que a partir de hoy recuerda que Babe Ruth fue ponchado 1330 veces y que ninguna de ellas lo detuvo, siempre regresó a su posición y volvió a batear con confianza, porque cada una de las veces que no logró batear le dio una lección de cómo hacerlo mejor; encara así las experiencias de tu vida, deja atrás tu pasado y comienza una nueva manera de vivir y de aprender.

Cuando le preguntaron a Jack Nicklaus, famoso jugador de golf, cómo superaba un mal golpe, contestó: “analizo lo que hice mal y luego llego al lugar en donde está la pelota y solo pienso cuál es el mejor golpe que puedo dar desde el lugar en el que estoy”.

Así es la vida, pudimos tener un mal golpe, hay que aprender de él y luego concentrarnos en cómo hacerlo mejor la próxima vez, y al final lo importante es disfrutar el juego; dijo José Mujica, presidente de Uruguay, al dejar su cargo: “la única lucha que se pierde es la que se abandona”.

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