|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

El ser humano necesita pequeños espacios dedicados el silencio. Momentos en que la paz y serenidad que podamos lograr en nuestro exterior comiencen a permear a nuestro interior.

Cuando oímos la palabra silencio, nuestra mente se va en seguida al concepto auditivo de esta palabra, pero en un mundo digital y lleno de estímulos el silencio puede ser visual, auditivo, de mensajes, de diferentes información. Ruido es todo lo que trata de llamar nuestra atención.

La avalancha de estímulos a la que estamos expuestos disminuye nuestra capacidad de atención y de reflexión.

Antes de la era digital era común ver personas leyendo o reflexionando, mirando una ventana o simplemente gozando del paisaje y estaban ensimismadas en sus pensamientos.

Dándole vuelta a sus problemas, tratando de organizarse o simplemente dejando vagar su mente. En la actualidad todas las personas tienen su atención centrada en sus dispositivos, siendo expuestos a un torrente de información, ya sea en redes sociales, en los buscadores, o en juegos o aplicaciones.

La imagen que podemos ver en sus rostros no es de plácida concentración, son caras de estrés. Nuestra atención vuela queriendo ver más, saber más, investigar más, ser los primeros en descubrir y compartir algo. Nuestros rostros reflejan el miedo a perdernos de algo importante.

Esta dinámica continúa durante todo el día, todo el tiempo estamos pendientes de nuestros dispositivos, incluso cuando ya estamos en nuestra cama, nuestra atención está todo el tiempo en nuestras redes sociales.

No nos damos cuenta de que podríamos prescindir de la mayor parte de la información que vemos y nuestra vida no se vería afectada.

Blaise Pascal decía “la infelicidad del hombre se basa solo en una cosa: es incapaz de quedarse quieto en su habitación”, él se refería a lo difícil que es enfrentarnos al silencio, estar en un lugar sin distracciones externas.

Esto nos lleva a la introspección, al conocimiento de nosotros mismos.

Nos da miedo lo que podamos encontrar, tememos no ser lo que queremos reflejar o la imagen que hemos hecho de nosotros mismos. Pero la verdadera serenidad viene del autoconocimiento y la autoaceptación.

Debemos ver al silencio, no como la ausencia de ruidos o estímulos, sino como un poder interior que todos tenemos.

Aun sin ruido exterior, el apaciguar la mente y lograr que no nos esté bombardeando con recuerdos del pasado o con miedos del futuro es difícil.

Solo cuando logramos acallar nuestra mente podemos conocer quiénes somos y lograr con esto la armonía y la serenidad.

Solo si logramos detener el flujo de pensamientos del pasado que nos traen recuerdos de dolor o decepción, de esperanza perdida o de nostalgia y detener el miedo al futuro con todas sus posibilidades podremos gozar el hoy y el momento.

Debemos acostumbrarnos a regalarnos pequeños oasis de silencio, no necesitamos complicadas técnicas de meditación, ni maestros o chamanes.

Solo tenemos que designar pequeños espacios de tiempo en los que nos concentremos en el momento. Tal vez al desayunar podamos regalarnos unos minutos disfrutando el sabor de lo que comemos, la tranquilidad de un café recién hecho, cerrando nuestros ojos y conectando con nuestro yo interior.

Escuchando nuestra respiración y siendo consientes de nuestro sentir, de nuestro cuerpo.
Cuando estemos conversando con alguien, practiquemos la escucha total.

No pienses en el consejo que quieres dar, o en cuando a ti te pasó lo mismo. Solo escucha a esa persona y demuéstrale empatía.

Establece unos minutos sin dispositivos digitales al día. No tiene que ser mucho tiempo, pero debes respetar el lapso que te fijes.

Puede ser la hora de la comida, unos minutos antes de dormir. Puedes aprovechar este tiempo para lavar los platos o hacer alguna otra tarea sencilla que te permita quedarte en el presente.

Poco a poco disfrutarás más de estos momentos y estarás dispuesto a alargarlos y a multiplicarlos. Disfruta del silencio.

Lo más leído

skeleton





skeleton