Teatro penitenciario (I)
El poder de la pluma
Itari Marta es una yucateca de esas que emigraron de Mérida por el impulso vital que les brinda el teatro. Ella se fue a estudiar actuación a la CDMX, y pronto incursionó exitosamente en el cine y la televisión. Su amplia mirada la llevó a ser directora artística (junto con Bruno Bichir) del Foro Shakespeare, uno de los más significativos de la capital, con una cartelera relevante en el teatro mexicano. Pero Itari, hiperactiva como es, no se detuvo ahí, se metió a las entrañas de Santa Marta Acatitla, a fundar la prestigiosa Compañía de Teatro Penitenciario, que a la fecha ha recibido grandes reconocimientos, el más reciente: Premio Los Metro Ciudad de México 2020, otorgado por la Academia Metropolitana de Teatro a las compañías que realizan labor social con su trabajo y que fue entregado en una ceremonia virtual vía Facebook Live. “La Compañía de Teatro Penitenciario son expertos en trabajar desde el confinamiento y bajo las circunstancias más extraordinarias, entonces que sirva este premio de ejemplo e inspiración para todos los demás teatreros que nos estamos enfrentando a estos momentos difíciles”, expresó Sergio Villegas, director de los Premios Metropolitanos de Teatro.
Sin duda, la compañía es de las más reconocidas en este momento, el trabajo que hace en el penal de Santa Marta, y afuera es un modelo importante que debería ser replicado en otras partes del país porque su poder de reinserción social es innegable. La compañía ha realizado diversas giras por el país y ha tenido presentaciones en Argentina. Actualmente está dividida en dos partes: la compañía interna (reclusos) y la compañía externa (exinternos).
Al respecto le hice una entrevista a su directora, misma que divido en dos partes.
Itari Marta: La Compañía de Teatro Penitenciario tiene dos inicios; el personal, cuando conocí a Sara Aldrete, y el oficial, cuando estrenamos “Cabaret Pánico”. Experiencias significativas tengo muchas, una las más especiales fue el juicio del “Mandy”, me impresionó cuando la defensa leyó su historial antes del teatro y después del teatro. También me tocó un motín dentro de Santa Marta, fue muy significativo porque fue muy violenta la escena. Otra experiencia impresionante fue la función de Ricardo III en el Teatro de la Ciudad (Muestra Nacional de Teatro 2018). También la nominación de Ismael a los Premios Metro fue significativa. Ya no sé si tengo expectativas sobre los actores formados en la compañía, más bien me gusta ver cómo crece cada uno y qué camino toma su vida. Lo que espero es que algunos de ellos sí se dediquen al teatro, que le demos continuidad al proyecto y que ellos tengan una vida relativamente tranquila, digna, honesta. Me importan más como personas que como actores, pero, si fueran actores, me gustaría que fueran independientes, que pudieran generar sus discursos, que los contrate quien quiera, quien se les antoje trabajar con ellos. No deseo una vida profesional productiva y feliz. Románticas palabras en estos momentos, pero si de expectativas se trata, pues eso sería.