La operación de una zona arqueológica de talla patrimonial con declaratoria de la Unesco implica una gran responsabilidad, porque se tienen que mantener y conservar los atributos que permitieron que se le diera el rango de Patrimonio Mundial.

Esta labor incluye actividades administrativas, que demanda el INAH y que tienen que ver con el funcionamiento cotidiano, así como proporcionar las condiciones adecuadas al sitio para la visita pública, de tal modo que el visitante que llega, por ejemplo a Uxmal, salga con una buena experiencia.

El aspecto fundamental que realza la imagen de un sitio arqueológico de talla patrimonial es la limpieza general que refleja la imagen de los encargados, así como del mismo INAH.

Hace unos meses, realizamos una reunión con los trabajadores en Uxmal con el propósito de definir áreas de limpieza, así como la responsabilidad que corresponde a cada uno de los jornaleros. Después de alrededor de cinco horas de discusión se lograron acuerdos en los que los empleados nuevamente retomaron la responsabilidad y, sobre todo, el interés de recuperar su materia de trabajo.

A partir de aquella reunión, cada uno de los trabajadores asumió con dignidad su labor; hoy día, eso queda reflejado en el área monumental de Uxmal.

Es de reconocer que los trabajadores nuevamente se han puesto la camiseta y que están cumpliendo con su labor. En estos días, si visitara la zona arqueológica de Uxmal, podrá observar que conjuntos como el Templo del Adivino, el Cuadrángulo de los Pájaros, el Cuadrángulo de las Monjas, el Juego de Pelota y la Gran Plataforma del Palacio del Gobernador, entre otros edificios, se encuentran limpios y pulcros.

El pasto ha sido podado de tal manera que se pueden contemplar los atributos de cada uno de los monumentos y las plazas pueden identificarse con claridad, de modo que se puede definir la espacialidad de los conjuntos arquitectónicos.

Hoy aprovecho este espacio para felicitar a los custodios de Uxmal por el hecho de limpiar la zona arqueológica en un tiempo récord de un mes, en víspera de la alta temporada de visitas. Esperemos que esta labor sea continua, de tal modo que se sientan orgullosos de su labor y que proporcionen a los visitantes una imagen ejemplar como miembros de una noble institución, el INAH.