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Comenzaron las fiestas de diciembre casi antes de que empezara el mes, y me parece bien, sobre todo porque me invitan a celebraciones donde me encuentro con personas a quienes estimo o quiero y que no he visto tanto como quisiera a lo largo del año, pero la realidad de la extensión del ya famoso maratón Guadalupe-Reyes es la responsabilidad de tener las precauciones necesarias para evitar accidentes.

¿Por qué lo digo? No solo por el consumo de alcohol que sería de lo más relevante, sino por una serie de precauciones que deberíamos tener en esta época de tanto tráfico vehicular y peatonal.

La Noche Blanca me enseñó que somos muchos los que disfrutamos de caminar por las calles cerradas al tránsito. Vi personas, hasta las tres de la mañana, de distintas edades recorriendo el centro histórico, saliendo de la diversidad de lugares que ahora están disponibles.

No todas alcoholizadas, la verdad, pero la mayoría conectadas a su teléfono inteligente, al que voltean a ver en cualquier instante, y que es un enorme distractor al caminar, comprar, conducir...

De acuerdo con un estudio del Consejo Nacional para Prevenir Accidentes, observar la pantalla de un dispositivo móvil para contestar una llamada o leer un mensaje puede tardar de cuatro a siete segundos. Por mínimo que parezca ese lapso, aumenta la posibilidad de sufrir un accidente hasta cuatro veces cuando estás en una llamada y hasta 23 veces por manipular el celular.

Mientras el auditor vial René Flores Ayora ha hablado infinidad de ocasiones de las causas de percances que son: la imprudencia, número uno, seguida del exceso de velocidad y de beber alcohol y que deberíamos dejar de manejar si estamos cansados o bajo la influencia de bebidas embriagantes, además de abrocharnos el cinturón y dejar el celular, entre otras medidas.

Cuando regresaba a casa en un transporte público, porque también uso celular y compartí el pan, la sal y el vino, conversaba con el chofer acerca de la cantidad de ciudadanos responsables que deciden dejar sus vehículos para disfrutar de la buena compañía y llegar sanos y salvos a casa.

El tema es que hay muchos otros que requerirían volver a la escuela a tomar civismo, y ojalá impartieran sentido común que se vuelve el menos común de los sentidos.

La principal misión, para mí, es reducir el número de desgracias que reportamos en esta cada vez más transitada ciudad, donde las muertes que generan los accidentes de tránsito por vehículo de motor aumentan.

Pero pensemos que los teléfonos que nos muestran videos de personas que ni conocemos, que nos recuerdan fotos de eventos en los que nos divertimos hace años, que nos regalan información a todas horas, nos alejan segundo a segundo de quienes comparten nuestra mesa, nuestro entorno, la vivencia de hace dos horas.

Yo mejor aprovecho que es lunes para reunirme con una banda de ciudadanos responsables a disfrutar de esta semana de diciembre llena de fervor guadalupano. ¡Que sea feliz!

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