A pesar de todos los avances y las luchas de las mujeres que me antecedieron, el tema de género es todavía complicado. No queda duda de que hay mayor número de féminas laborando en puestos políticos o empresariales con resultados eficientes, pero aun así todavía hay miles de situaciones a las que nos enfrentamos todos los días incluso en países desarrollados.

Desde los protocolos en ceremonias públicas hasta los chistes en las conversaciones de grupo de teléfono celular, es difícil entender que frente a todo ese trabajo y a que las mujeres ya conforman la mitad de la población mundial es más común que sean las víctimas de la violencia.

Esta semana que terminó se registraron dos casos que se volvieron temas de conversación. Uno, la mujer que acabó con su vida y la de su hijo; el otro, de quien fue enviada al hospital por un sujeto que decidió propinarle una serie de puñaladas a pesar de que ella caminaba con un bebé.

No sé si nadie la vio correr, la escuchó gritar o simplemente decidieron ignorar la situación que ocurría frente a sus ojos. Un anuncio de un gimnasio en Facebook me puso a pensar en dónde estamos parados como sociedad.

El negocio de ejercicio ofrece a las mujeres una forma segura de llegar a casa si es que se sienten perseguidas o en peligro, entiendo que aun si no son clientas del establecimiento.

En esta ciudad que promociona a los cuatro vientos lo niveles de seguridad que sigue guardando y la maravillosa posibilidad de vivir en el paraíso, existe por otra parte la eventualidad de que alguien le ataque en la calle con arma blanca y nadie intervenga o ayude.

De acuerdo con ONU Mujeres, en 18 países, una de cada cinco mujeres y niñas denunció haber sufrido violencia física o sexual. El Inegi cuenta entre sus cifras 22 mil 482 mujeres asesinadas en las 32 entidades del país en los últimos diez años.

Sin embargo, y a pesar de las conversaciones sostenidas esta semana, donde algunos hombres aseguran que a las mujeres se nos da un trato preferente para que dejemos de quejarnos, tengo que decir que hay seres humanos extraordinarios defendiendo los derechos de las que menos tienen, desarrollando investigaciones que permiten que tengamos una mejor vida en este planeta.

En una fecha como hoy se conmemora el día internacional de la mujer y la niña en la ciencia, una iniciativa que promueve actividades que fomenten vocaciones científicas y ayuden a cerrar la brecha de género en ciencia. Todo sirve.

La tercera edición de la iniciativa será este año con un registro de actividades en el mundo que se celebrarán en su mayoría en centros educativos, ya que personas de la comunidad científica, en su mayoría mujeres investigadoras, ofrecerán charlas y talleres, aunque hay universidades, museos y centros culturales, empresas tecnológicas, bibliotecas y librerías e incluso bares que se suman a este proyecto.

Así que yo aprovecho que es lunes para encontrar a otros que como yo prefieren aportar para que en este planeta podamos sonreír. ¡Que sea feliz!