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El futuro es un tema recurrente en la mente del ser humano, todos pensamos en el mañana y de una forma u otra deseamos saber qué es lo que nos depara, esperamos que tenga todo aquello que deseamos, lo que hemos soñado, aquellas cosas por las que nos hemos esforzado. Si caminamos siempre hacia delante, pero con la mirada fija hacia atrás, es mucho más que probable que acabemos caídos y lastimados. Los hombres y mujeres somos seres lanzados hacia el futuro, no es cuestión de que queramos que llegue o no, es simplemente que así sucederá, por eso hay que ir por el camino de este mundo con los ojos bien abiertos y no solamente viendo lo que sucedió ayer.

Algunos contemplan el futuro con el deseo de resarcir a través de él todas las frustraciones que el pasado les ha dejado; para todos el futuro es la oportunidad de lograr aquello que se nos ha negado, pero para lograrlo hay que comenzar en el presente, porque también sucede que lo transformamos en una dulce paleta que nos sirve para consolarnos de las desdichas de hoy, llegando a pensar que todo lo bueno que deseamos sucederá simplemente por desearlo y ubicamos esos logros maravillosos en un hermoso castillo de hadas que se encuentra en el porvenir y al que solo se llega soñando.

Y es que descansando tranquilamente en un pasado ya sabido o soñando con un futuro de mágica fantasía, estaremos descuidando lo único que en verdad tenemos que es el hoy. Realmente nuestro pasado puede dejarnos hermosos o dolorosos recuerdos, pero en cualquiera de los casos ya no está, se ha ido, ya no existe más que en nuestro recuerdos, mientras que el futuro tampoco existe, no ha llegado, quizá nunca llegará y ubicar en él nuestra felicidad es alejar de nosotros la oportunidad de ser feliz hoy, postergar la felicidad es casi tanto como asegurarnos la infelicidad en el presente.

Cuando caminamos vamos viendo en donde ponemos nuestras plantas, así en nuestra vida hemos llegado hasta donde estamos gracias a que estuvimos pendientes de evitar los obstáculos del camino. Nuestro futuro es como una construcción, tenemos que ir hoy colocando ladrillo a ladrillo el esfuerzo que será el logro del mañana. La esperanza es poner manos a la obra brindando lo mejor de nosotros mismos y con la plena seguridad de que la Providencia Divina nos acompañará siempre; es vivir con fe en un mundo mejor porque le has puesto todo tu amor y energía y porque tienes el convencimiento cierto de que Dios está junto a ti construyendo hoy tu futuro.

El porvenir se sueña para mañana y se construye hoy; hoy inicias tu futuro con lo que decidas ponerle a este día en tu vida.

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