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Tremendo fin de año se aventó la bancada panista de cara a la aprobación del primer presupuesto que ejercerá el gobernador Mauricio Vila: lo habíamos advertido, la situación era complicada y la coordinadora de la fracción panista, Rosa Adriana Díaz Lizama, estaba sudando para lograr acuerdos bien planchados ante la ausencia de Manuel Díaz, Kathya Bolio (que al final se asomó) y de las de Movimiento Ciudadano y ligadas al PAN Milly Romero y Silvia López.
Los sucesos del domingo en el Congreso hablan claro del fin de una época: la caída de los rolandistas y los ivonnistas en el Poder Legislativo es clara.

Lo cierto es que se vivió el mundo al revés, pues mientras en el PAN abundó la mezquindad debido a los diputados faltistas en plena aprobación del presupuesto, en el PRI hubo generosidad, luego de que los diputados Lilia Frías, de Progreso; Luis Borjas, Warnel May Escobar y Mirthea del Carmen Arjona Martín votaran en comisiones a favor del presupuesto y en contra de su bancada.

Ciertamente esta acción no será un cheque en blanco, sin embargo hay que destacar su postura que prefirió dejar atrás acciones maniqueas y velar por el bien de los yucatecos.

Hay que reconocer que, en este proceso, el diputado Víctor Merari Sánchez Roca se fletó durante varios días y aunque el cansancio le hizo cometer errores, finalmente aprendió cuánta leña lleva el dulce. Ahora sí, antes de decir “por una patria ordenada y generosa”, tendrá que pensarlo dos veces luego de vivir la experiencia del abandono de sus compañeros de partido.

Y hablando de abandono, a muchos les llamó la atención un día antes la queja de la diputada faltista, Kathya Bolio, quien expresó en sus redes sociales: “No es con amenazas como se avanza en la vida y menos en el ejercicio político”. ¿Quién la habrá amenazado? Luego de faltar varios días a las sesiones, la legisladora publicó en su cuenta: “La última votación del año. Cuando te apasiona tu trabajo dejas de verlo como tal, entonces se vuelve una misión…”.

En la sesión del Congreso también pudimos ver cómo Alejandro Cuevas Mena se enfureció cuando no se aprobó la iniciativa que le daría a la ASEY más de 28 millones de pesos y a él y a su grupo -Eduardo Sobrino Sierra y el ex panista Jimmi Yamile Camargo- seguir viviendo del erario sin hacer nada.

Otro que estuvo pendiente de esa votación fue el empresario metido a político Mario Can Marín, quien, como todos sabemos, tuvo una discutida actuación al frente del organismo cuando en pleno proceso electoral encabezó la embestida a la Comuna panista que presidía María Fritz Sierra, confundiendo las denuncias con las pesquisas de un organismo que hasta la fecha nadie sabe para qué sirve.

Con dimes y diretes, jaloneos, discursos y hasta sentencias literarias acabó este capítulo en la historia política de Yucatán.

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