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Como una pésima estrategia mercantil quedó la inversión de más de 400 millones de pesos del fondo de pensiones de los trabajadores del Estado, administrado por el Pensionissste, para rescatar de la bancarrota a la constructora ICA, ya que ahora la suma inicial se redujo al 0.01 por ciento del valor de sus acciones. La historia de esta preocupante situación se remonta a mediados de 2015, cuando la empresa ICA cayó en insolvencia y el gobierno, ante la reducción de la inversión en infraestructura, presionó para que los administradores del fondo de pensiones invirtieran 21.5 millones de dólares en acciones de esa compañía que ya habían perdido la mitad de su valor y, pese a la inyección de los ahorros de los trabajadores que pagaron a siete pesos por cada título, la constructora se declaró en suspensión de pagos en diciembre de ese mismo año.

Los expertos en la materia señalaron en su momento los riesgos de esta inversión que hoy muestra pérdidas injustificables para los pensionados, ya que se maniobró políticamente y en ningún momento se les tomó su parecer sobre el destino de sus ahorros. Hace ocho meses la constructora solicitó su reestructuración financiera por lo que sus acciones se congelaron en apenas 1.48 pesos cada una y apenas hace unos días un juez dio luz verde a la renegociación de la deuda de ICA con resultados desastrosos para el Pensionissste, ya que su participación quedó reducida a 0.01 por ciento de la inversión original; en palabras más claras, los 400 millones de pesos invertidos inicialmente se redujeron a 4 millones, esto es, a un centavo por cada peso que se gastó en la compra de los títulos que fueron a parar al capital adeudado, por lo que no recibirán beneficio alguno con la actual reestructuración de ICA.

Mejor no ayudes compadre, pues de esa manera pronto veremos el desfonde del Pensionissste y las graves consecuencias económicas y sociales para los pensionados, ya que las operaciones y transacciones se realizan en total opacidad y con una discrecionalidad que da pie a sospechar de negocios marcados por el dolo y la corrupción, como podría ser este caso, y a acciones orientadas a beneficiar a algunas firmas a costillas de los ahorros de millones de personas.

Por cierto, unos 200 maestros estatales jubilados se quejan de que el Isstey les pagará su pensión hasta el mes de mayo, cinco meses después de su renuncia.

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