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El título podría sugerir el nombre de una película que narra una historia de amor… y de hecho casi podríamos demostrar que lo es -en cierto modo-.

Amanda y Cristóbal son los nombres dados a las tormentas tropicales que hicieron estragos a inicios del mes de junio en la Península, los daños han sido severos, tanto para Campeche, Quintana Roo y Yucatán.

Particularmente, el gobernador Mauricio Vila declaró en estado de emergencia a 64 de los 106 municipios, siendo los de mayor afectación los que se encuentran en el cono sur, centro sur, sur oriental y oriente del Estado.

Además de los daños a infraestructura: casas habitación, carreteras, iglesias y escuelas, se han perdido el equivalente al 85% de las tierras de cultivo, se perdieron trojes de maíz almacenado, se perdieron animales de traspatio para consumo como cerdos, pollos y pavos, se perdieron los zacatales para alimentar el ganado, se perdieron apiarios y los pocos que subsisten están en riesgo ya que se han perdido también los tajonales y otras flores que gustan a las abejas y que son el alimento para las colmenas, podríamos seguir enumerando los muchos problemas que nos han dejado las inundaciones provocadas por esta “ pareja ” implacable que trajo más agua de la que habíamos visto en los últimos años, apenas comparable con Isidoro del 2002.

No solo se dan las pérdidas materiales sino que también el riesgo sanitario queda latente, las inundaciones multiplican la proliferación de moscos transmisores de enfermedades como dengue, zika o chikungunya, o sea lo que nos faltaba en plena pandemia de covid-19 por si no fuera poco lo que ya teníamos.

El apoyo del Fonden es indiscutible, lo necesitamos y aunque nuestro gobernador prácticamente ha solicitado el fondo completo dada la cuantificación de las pérdidas, sabemos que difícilmente nos lo harían llegar en su totalidad.

Ante este escenario, “nuestra película” es más bien un drama de horror; sin embargo la historia se va tornando diferente pues la solidaridad de nuestra gente no se ha hecho esperar, es aquí donde podemos ver que el amor hace la diferencia, que el prójimo nos importa a muchos pues no han sido pocas las empresas, organizaciones, escuelas, iglesias y voluntarios los que se han volcado en apoyos a los más necesitados.

Distintas iniciativas han organizado y reunido los recursos donados para hacerlos llegar a los más afectados; desde el mayor de los esfuerzos concentrados desde “Yucatán Solidario”, pasando por el municipio con “Mérida Nos Une”, hasta otros particulares que han surgido de la unión de diferentes organizaciones como la Red Pro Yucatán.

Universidades y parroquias han facilitando centros de acopio, reuniendo y repartiendo la ayuda, así como otras iniciativas de amigos y jóvenes que se han dado a la tarea de reunir recursos aprovechando las plataformas digitales; por todos lados vemos gestos de solidaridad, personas y diferentes instancias queriendo ayudar y dando curso a las diferentes peticiones de soporte.

Estas acciones nos hacen mejores personas, son una oportunidad para crecer, si aún no nos hemos sumado a alguna, ¡estamos a tiempo! Elige la que quieras pero no dejes de ayudar, nadie tiene tan poco que no pueda compartir, y al que da nunca le quedan las manos vacías.

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