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Por increíble que parezca, una vez más el ala radical de Morena en el Senado, representado por las senadoras Citlali Hernández, Martha Lucía Micher y María Jesús Rodríguez, arremeten contra la vida de los mexicanos por nacer tratando de modificar leyes secundarias para permitir el aborto con su iniciativa con proyecto de decreto.

Dicha iniciativa estaría reformando diversas disposiciones de legislaciones como la Ley General de Salud, la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la Ley General de Educación y la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

¿Qué es lo que pretenden? Que el aborto en nuestro país sea pagado con nuestros impuestos para imponerle al sector salud que los realice de forma “gratuita” incorporándolos en los servicios básicos de las instituciones públicas.

Quieren que el aborto sea legalizado como si se tratara de un derecho, haciendo alarde de eufemismos como llamarle “derechos sexuales” cuando ese término ni siquiera está reconocido por organismos internacionales como la ONU, instrumentos o tratados internacionales, ni en ningún sitio.

Quieren que a partir de la edad de 13 años las niñas puedan acceder a los centros de salud a solicitar este procedimiento, sin importarles el riesgo que conlleva y sin el consentimiento de sus padres.

Quieren restarle a los padres de familia el derecho inalienable de cuidar y proteger a sus hijos, de educarles de acuerdo a sus principios y convicciones, al imponer la confidencialidad en la información médica de los adolescentes, incluyendo el que se hayan practicado un aborto.

Quieren promover la hipersexualización de la niñez imponiendo la ideología de género en las escuelas desde temprana edad, anteponiendo supuestos derechos sexuales como “el derecho al placer” o el “derecho a la exploración sexual” de los menores, así como promover consultas con niños y adolescentes para elaborar los planes de educación sexual.

¡En qué mente más obtusa caben todas estas ideas! Ya la senadora (por cierto plurinominal) Jesusa Rodríguez nos concedió una perla de su ilustre pensamiento al equiparar al ser humano con los animales diciendo que tenemos los mismos derechos; habría que decirle que los seres humanos, por sus capacidades, son muy diferentes a los animales que no son racionales, pero que ella puede colocarse en donde le apetezca más.

Ante tales amenazas, la sociedad civil organizada y muchísimos mexicanos nuevamente hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance para hacerle llegar a nuestros senadores un fuerte mensaje pro vida, logramos incidir en las redes sociales y les enviamos correos para manifestarles nuestro repudio a dichas iniciativas.

Nuestra propuesta es clara: la vida se protege desde la concepción y hasta la muerte natural; si una chica tiene un embarazo inesperado, que el Estado le ofrezca todo el apoyo posible para que pueda tener a su hijo o darle la opción de darlo en adopción cuidando de su embarazo; si la joven resultó embarazada víctima de una violación, cuestión que la ley ya prevé desde hace muchísimos años y que permite como excepción el aborto y que no es necesario reformar nada, el Estado le debe dar la certeza de que perseguirá el delito y a su agresor.

A los padres de familia se les debe respeto para educar a sus hijos, y para aquellos que no están lo suficientemente formados, que inicien programas especiales que apoyen su educación.

Estaremos muy pendientes del parlamento abierto para seguir siendo voz de los que no la tienen aún. A los senadores les decimos que no se presten a este atentado contra la vida y la patria potestad, sabremos reconocer a quienes dignamente nos representan.

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