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Este 24 de abril los mexicanos recordamos el aniversario luctuoso de miles de bebés que han visto su vida cegada gracias a una ley aprobada hace 14 años en la Ciudad de México, para permitir mediante triquiñuelas del lenguaje que el aborto se legalizara bajo el nombre de “interrupción legal del embarazo” (ILE) si el procedimiento se realiza antes de la décima segunda semana de gestación.

Este mismo artificio lo han querido imponer en otros estados, como es el caso de Oaxaca que ahora se encuentra en medio de una controversia ya que su Constitución protege la vida desde la concepción y una ley secundaria la contraría pues aprobaron la ILE; hace pocos meses quisieron hacer lo mismo en Quintana Roo, sin conseguirlo.

Este tipo de leyes, que como iniciativas se han estado metiendo en diversos estados y cuyos principales promotores son los legisladores de Morena y sus partidos satélites, sólo nos demuestran que no son capaces de llevar a nuestro país hacia el verdadero desarrollo y protección que en este caso las mujeres necesitan; estamos frente a un Estado que ha fracasado en sus políticas públicas pues es incapaz de dar seguridad y protección a nuestros futuros ciudadanos y a sus madres embarazadas.

Está más que demostrado que el aborto no es la solución al problema de una mujer frente a un embarazo inesperado, ya bien hemos escuchado la frase de que el aborto legal o ilegal mata igual, y lamentablemente no sólo pierde la vida el bebé sino que en otras ocasiones se pierden las dos vidas; como ha sido el sonado caso reciente de una activista pro aborto que con su propia vida y la de su hijo nos demostró que el aborto no es seguro como afirman sus promotores, en las clínicas han de firmar que aceptan el riesgo de “perforación de víscera, esterilidad, extirpación del órgano reproductivo y riesgo de muerte”. María del Valle, la joven argentina de 23 años y su bebé descansan en paz por un aborto legal; ¿cuántas otras han muerto pero han quedado en el anonimato y la impunidad de estas leyes tan injustas?

Estamos en tiempo electoral, deseamos que los candidatos se comprometan a respetar y proteger la vida en toda etapa del desarrollo, que busquen la forma de crear políticas públicas que den cuidado antes, durante y después de la gestación, con especial énfasis en la atención obstétrica de emergencia y del parto; en nuestro país existe un gran número de población con desnutrición y ello pone en riesgo a los bebés en gestación, que busquen la forma de erradicar la violencia contra la mujer encinta, que garanticen mejores servicios no sólo de salud sino también básicos como el acceso al agua potable y energía eléctrica, educación de calidad para que puedan tener esperanza en una vida próspera, acceso a empleos que privilegien a la familia que son el futuro de México.

La solución a un embarazo inesperado no es el aborto; si una madre no desea ejercer la maternidad, por la razón que sea, ese bebé puede ser el hijo de una pareja que anhela formar familia mediante la adopción.

En este décimo cuarto aniversario de la ILE, la Secretaria de Salud del Gobierno de la Ciudad de México publica que han muerto 231 mil 901 mexicanos desde abril 2007 hasta diciembre de 2020, es muy doloroso conocer esta cifra. Descansen en paz estos bebés y no dejemos de ser voz de los que no la tienen, defendamos la vida.

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