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La mayoría de nosotros cuestionamos constantemente a la vida: ¿Qué traerá el día de hoy?, ¿qué podré hacer hoy?, ¿me dará con el dinero que tengo para todo lo que necesito?

Victor Frankl dijo que “sería más inteligente escuchar lo que la vida nos cuestione en lugar de estarla cuestionando a ella”; por ejemplo: ¿aprecio la belleza que hay en la naturaleza?, “¿siento compasión cuando alguien que sufre llega a mi vida?”, “¿algunas veces me permito disfrutar?”. Pienso que la pregunta más importante que nos hace la vida es: “¿Qué quieres de mí?”. Cada quien tiene una respuesta diferente. Algunos sólo desean sobrevivir, otros mucho dinero, bienes materiales, fama, poder… Si te preguntaran qué quieres hacer con tu vida, ¿qué dirías? Es importante buscar con toda honestidad respuesta a esta pregunta fundamental.

Carl Jung (psiquiatra) dijo que “la crisis específica de quienes tienen más de 35 años de edad generalmente es: encontrar significado a su vida”. Siendo más jóvenes, la mayoría soñamos nuestros “sueños”, los alimentamos con esperanza, sin embargo, la realidad se hace presente. Casi siempre hemos logrado algunos de aquellos sueños y nos hemos desilusionado de otros. Más que nunca surge la pregunta: ¿mi vida tiene algún significado en realidad? De una u otra manera a esa edad, aproximadamente y en adelante, todos tenemos la necesidad básica de un enfoque espiritual; nos damos cuenta de que la vida nos ayudó a poner en claro ciertos valores y se desea invertir tiempo y esfuerzo en algo verdaderamente importante y duradero, ya que la belleza física, el cuerpo fuerte y atlético, la fama, con el tiempo, con la edad, cambiarán eso inevitablemente. Entonces surje la pregunta íntima: ¿soy la persona que en realidad me gustaría ser?, ¿hago con mi tiempo de vida lo que me gustaría hacer para ser? Son preguntas para hacérnoslas ¡ya!, pues ahora estamos vivos y con esperanza de vivir más tiempo y si las aplazamos puede ser muy tarde. Todos tenemos una cantidad limitada de energía y de vida. Triste es desperdiciarla y arrepentirse cuando ya no sirve de nada porque el tiempo no regresa.

Hay un dicho que dice: “Si puedes imaginarlo y puedes creerlo, entonces puedes lograrlo”. Si crees que algo sea posible y crees en tu habilidad para convertir ese sueño en realidad, entonces, puedes, en verdad, lograr tu objetivo. ¿Crees eso?, ¿cómo se podría aplicar a tu vida?

Somos capaces al comprender nuestro talento, nuestra fortaleza, bondad y belleza. No desperdiciemos tiempo y energía en cosas sin mayor importancia. Yo creo que al morir estaremos tranquilos y contentos si hemos amado a las personas y utilizado las cosas, si hemos invertido en desarrollar nuestros talentos para bien nuestro y en servicio del prójimo. Estaremos en paz.

¡Ánimo!, hay que aprender a vivir.

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