|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

2021: año de ESPERANZA Y FE

La vida del ser humano en el tiempo cronológico es algo muy misterioso. Se extiende por un determinado número de años, que cuenta con momentos buenos y otros menos buenos. Pueden surgir dificultades, circunstancias favorables o adversas; inevitablemente nos encontramos con lo grato y lo ingrato, con los que nos ayudan y los que no; situaciones a nuestro favor y en contra. La vida es impredecible e imprevisible. Hay que vivirla. Vivirla “despiert@”, de momento a momento, ya que es una sucesión de instantes, con apertura y conexión con toda la intensidad posible.

Esto requiere una mente vivaz, sentidos muy despiertos y un corazón dispuesto a amar y recibir amor. La vida puede resultar muy corta o muy larga. Hay que vivir la realidad inmediata, no lo que ha sido ni lo que será, sino lo que es. Abiertos a la sorpresa, con atención y desapego, con alegría fluyendo con la vida. Sin juicios y prejuicios, aferrándose o rechazando.

Vivir requiere voluntad, ya que la vida es reto y desafío. Es la gran maestra. Nos trae grandes enseñanzas. No esperes a que todo esté bien para disfrutar. Hay que aprender de lo que sucede y tal como sucede, en lugar de lamentarse por lo que pudo ser, retroalimentando nostalgias que duelen. No hay lugar para tantos enredos mentales. Ser más perceptivos. La vida no se puede dividir y decir me quedo con este fragmento y con este otro no. Vivimos muchos roles en el escenario de nuestra vida y se pueden interpretar lo mejor que se pueda cada uno de ellos. La vida es dinámica, cambia de un momento a otro y fluye como un río desde el nacimiento hasta inexorablemente desembocar en el gran océano llamado “muerte”. Es imposible controlar todo y cuando se quiere hacerlo genera mucho dolor innecesario. Lo que sí se puede manejar y controlar son nuestras actitudes. Como dijo un maestro: “De lo posible aprendo; de lo imposible aprendo”. No permitirle al ego enfermizo y prepotente el engaño de que sí podemos dominarlo todo.

Lo importante es qué hacemos con la vida y cómo la vivimos. Vale más un solo día vivido con lucidez, ecuanimidad, atención y amor que millones de días vividos como sonámbulos, con confusión, hostilidad y negligencia. La vida no es una idea, sino una experiencia siempre fluyendo, mostrando así la impermanencia, el cambio. Hay que fluir con la vida, con apertura, flexibles para no rompernos. La rigidez es muerte. El agua que corre siempre es cristalina y la que se estanca, sucia y apestosa.

¿Se puede aprender a vivir?, me han preguntado muchas veces, mi respuesta es: ¡claro que sí! porque somos seres en continuo aprendizaje y sí podemos aprender a vivir con más armonía y plenitud. La condición es vivir conscientemente, “despiertos”, aprendiendo día a día a AMARNOS Y AMAR. ¡Vive como quieres que sea tu vida!

¡Ánimo!, hay que aprender a vivir.

Lo más leído

skeleton





skeleton