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La semana pasada, la Universidad Estatal de Colorado, E.U., a través del investigador en jefe del proyecto de huracanes, Dr. Philip Klozbacht, y sus colaboradores emitió su cuarto y último pronóstico de la temporada de ciclones tropicales 2020 para la cuenca del Atlántico, golfo de México y mar Caribe, destacándose que es el más agresivo que se emite desde que se iniciaron los pronósticos en los años ochenta a cargo del ya desparecido Dr. William Gray, conocido como el gurú de los huracanes.

Esta vez, el Dr Philip nos dice que se espera la formación de 24 ciclones tropicales con nombre. La lista de nombres para la cuenca es de 21 como máximo, por lo que habrá que echar mano del alfabeto griego. En esa relación quedan incluidos los 9 ya formados hasta el momento que fueron las tormentas tropicales Arthur, Bertha, Cristóbal, Dolly, Edouard, Fay y Gonzalo y los huracanes categoría 1 de la escala Saffir-Simpson Hanna e Isaías. Hasta el momento no se ha formado ningún huracán intenso. Los que faltarían entonces por formarse serían: 5 tormentas tropicales, 5 huracanes moderados categorías 1 y 2 de la escala Saffir-Simpson y 5 huracanes intensos, categorías 3, 4 y 5.

La situación se torna grave para la cuenca, ya que aún falta la segunda parte de la presente temporada que termina el 30 de noviembre y dentro de esta segunda parte ocurre la fase más intensa o pico de los ciclones, que va del 20 de agosto al 15 de octubre. Dentro de esta parte crítica se presenta el mayor número de formaciones ciclónicas y la mayor cantidad de los que alcanzan la categoría de intensos. Aunado a esto, el pronóstico está basado en dos importantes situaciones que se presentan en la zona, una es que las aguas oceánicas tienen temperaturas por encima del promedio (más calientes de lo normal). El calor es el combustible de los ciclones tropicales. Además, el fenómeno meteorológico de La Niña se presentará a fines del verano. Este fenómeno reduce al mínimo los vientos cortantes o de cizalladura que son los que impiden el desarrollo de los ciclones tropicales y de ese modo facilitará su formación.

Ante todo este escenario, la situación se torna grave, máxime que el pronóstico no dice a quién van a afectar ni en dónde se formarán estos fenómenos. Hay que recordar a los habitantes de Yucatán que esta temporada de ciclones tropicales ya es mala, porque fuimos afectados por la tormenta tropical Cristóbal a principios de junio y causó mucha destrucción y hubo muertos durante su paso. También se cometieron errores que se pensaba que no debían ocurrir, el principal, el exceso de confianza y el menosprecio a la tormenta tropical.

En vista de lo que viene, se hace un atento llamado a no repetir los errores y a prepararse bien, empezando con tener sus planes de contingencia ya listos. Las últimas temporadas muy activas, que fueron en 1933 y 2005, la península de Yucatán fue afectada cuando menos por tres ciclones tropicales, por lo que la probabilidad de que eso vuelva a ocurrir es alta.

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