Bien escogidas piezas del repertorio clásico para cuerdas fue elegido por el Cuarteto Yucatán para su concierto en la iglesia parroquial de San Servacio en la que afloró la maestría de muy destacados músicos, miembros todos de la Orquesta Sinfónica de Yucatán.

Bajo los auspicios y organización de la nueva Asociación de Restauranteros de Valladolid y a beneficio de las obras de restauración de nuestra iglesia y, ante un concurrido público, sonaron para dar inicio y con inmejorable técnica, los festivos acordes de La Primavera, ese hermoso primer movimiento del Concierto No. 1 en mi mayor Op. 8 de las Cuatro Estaciones escrita por Antonio Vivaldi (1678-1741) alrededor de 1721, y en la que se describe la representación vivaz del propio temperamento musical del compositor veneciano.

Sus tres movimientos Allegro, Largo pianissimo y Allegro pastoralle, brillaron y sonaron emotivos en la resonancia acústica de las vetustas paredes del templo que fueron levantadas precisamente en los primeros años de ese mismo Siglo XVIII, después de aquel triste y sangriento episodio del duelo de los alcaldes de Valladolid.

Christopher Collins (USA) y Timothy Myall (Inglaterra) con los violines, Nikolay Dimitrof (Bulgaria) en la viola y Nadezca Golubeva (Rusia) en el cello nos regalaron un poemario de variadas anécdotas musicales en el que incluyeron también una magistral obra del gran genio vienés Wolfang Amadeus Mozart (1756- 1791) el Cuarteto de cuerda No. 21 en re mayor K 575 compuesto en junio de 1789, el primero de una serie de tres y que recibieron emotivos elogios del viejo maestro Haydn y que fueron especial encargo de su Alteza Real Friedrich Wilhem, Rey de Prusia.

De Alexander Glazunov (1865-1936) disfrutamos de sus cinco suites o novelettas: “AllaSpagnuola” con notas claras pulsadas por Golubeva con ese magistral violonchelo, en acompañamiento de la primera melodía, con un característico ritmo español, para después escuchar “Orientale”que también comienza con las notas punteadas que acompañan al violonchelo, a las que la viola agrega ritmos cruzados, mientras que los violines presentan un tema de baile festivo simulando una gaita como un ligero zumbido. El solo de la viola nos hizo evocar los bazares y mercados de Asia central.

El tercer movimiento, Interludium, tuvo claras alusiones al servicio ortodoxo ruso, tanto en su tonalidad como en el estado de ánimo solemne. Luego vino un valsque proporcionó un contraste considerable.

El ritmo característico de acompañamiento lo establecen primero el violonchelo y la viola. (Continuará).