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En este 2020 estamos celebrando los 250 años de la iglesia de San Juan y los 140 años de la primera canción yucateca y, precisamente, fue en el evocador parque de ese suburbio, rincón entrañable de la ciudad de Mérida, donde se inició nuestra tradición trovera, en 1880, y fueron el poeta José Peón Contreras, cuyo ilustre nombre lleva nuestro principal teatro meridano, y el fecundo trovador Cirilo Baqueiro Preve, conocido simplemente como Chan Cil, quienes iniciaron esta hermosa tradición que tantas satisfacciones nos ha dado dentro y fuera del país. La canción primigenia lleva por nombre Despedida, y fue inspirada por la señorita Mercedes Urcelay Castillo, en cuya ventana de la calle 69 No. 514, frente al parque, fue estrenada en una romántica noche de serenata. La canción comienza así: Despierta, luz de mis ojos,/ que aquí está tu trovador/ que se viene a despedir;/ niña que te guarde Dios./ Qué triste estarás mañana/ y qué triste estaré yo,/ mañana cuando despierte/ y en oriente salga el sol…

En ese mismo parque, pero en 1922, Pedro Baqueiro García Rejón, hijo de Chan Cil, musicalizó en el género de bambuco el poema Tus ojos, del abogado Pablo García Ortiz, cuya identidad escondió bajo el seudónimo de Jean Mistral. El poema fue inspirado por la señorita Dalia Ocampo Medina, quien fue pareja sentimental del poeta. En mayo de 1929, Guty Cárdenas y Chalín Cámara grabaron esta canción en la Columbia de Nueva York, en ritmo de clave, con el nombre de Ojos negros. La canción comienza con estas estrofas: Son tus ojos negros dos profundos lagos/ donde mi alma enferma de amor naufragó,/ tienen enigmáticos reflejos de estrella/ y tonalidades de fulgente sol…/ Cuando ellos sonríen, la alborada asoma/ y cantan las aves sus trinos de amor…/ Olvido tristezas, olvido dolores,/ ¡son tus negros ojos mi sola ilusión!

En abril de 1927, en el costado poniente del parque de San Juan, frente a la ventana de la señorita Virginia Puerto, su novio Rafael Rivero Rivas, acompañado de Ricardo Palmerín y Roberto Sarlat Corrales, que son los autores, estrenó el bambuco Novia envidiada, que comienza con esta estrofa: Se estremecen envidiosas/ a tu paso las palmeras/ y se inclinen respetuosas/ por tus lindas primaveras./ Tu esbeltez quisieran ellas/ y la luz de tus miradas,/ para hablar con las estrellas/ en las noches despejadas…

En febrero de 1940, en un baile regional de la Sociedad La Unión, el poeta Ermilo Padrón López, nacido el 18 de septiembre de 1898 en una casona al pie del arco de San Juan, improvisó una bomba yucateca dedicada a su pareja de baile: “Mestiza, joya castiza,/ emblema de Yucatán,/ un madrigal se idealiza/ cuando pasa tu sonrisa/ bajo el arco de San Juan”. Poco después la bomba se transformó en bambuco al ser musicalizada por Ricardo Pasos Peniche.

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