|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

De vez en cuando y sin secretos pero mirando de frente, basta un momento en soledad para dialogar con uno mismo, con lo interno, lo que duele, lo que alegra, pero, sobre todo, con aquello que permite que seamos reales.

Desnudar el alma es tarea esencial que el ser humano debe aprender con ímpetu abriendo el corazón. Quitar la piel que se proyecta ante los demás y ser capaces de observar frente al espejo la vulnerabilidad, la fragilidad, es decir, lo que en diversas ocasiones nos hace sentir realmente vivos. Sin tapujo alguno, hay que tratar de leer una y otra vez nuestros anhelos y al mismo tiempo compararlos con nuestras grandes hazañas, logrando de esta manera, retomar cada día el camino que nos ayude a querernos más, amarnos más, valorarnos más. Sólo de esta forma podremos ser aptos para amplificar una nueva visión de nosotros mismos y saber interpretar lo grandes o pequeños que llegamos a ser.

En el vaivén del tiempo se percata que la existencia es una puerta llena de cerrojos que sólo las llaves correctas pueden abrir, por lo tanto, si una alternativa no funciona, se continúa intentando con otra sin descanso hasta lograr que cada parte, perfectamente alineada, nos devuelva cúmulos de felicidad y armonía, mientras que podemos dejar atrás y con agradecimiento aquello que fue circunstancial pero no constituyó lo requerido para traspasar la entrada a lo que soñamos y merecemos. Por ello es de vital importancia formar un buen criterio para caminar de la mano con los buenos recuerdos que nos llenen de fortaleza al mismo tiempo que dejamos de lado aquellos que nos hicieron sentir desprotegidos.

Constancia, una palabra clave que debe de regir nuestros fundamentos, pues es el alimento que nutre cada acción humana y al mismo tiempo matiza de un color diferente todos los aspectos de cada día, de cada segundo. Entonces, si como persona amas, hazlo mucho, en gran medida pero procurando que sea una tarea de todos los días y no de forma intermitente; si luchas, trata de dar la mejor de las batallas a cada paso, sobre todo en aquellas ocasiones donde la abrumación sea tanta que debas combatir contra tus propios miedos para obtener la adecuada liberación, y si tienes que levantarte, hazlo las veces que sean necesarias sin vergüenza, pena y mucho menos decepción, pero siempre con mayor fuerza en cada ocasión.

Todo es breve y demasiado fugaz incluso como la rapidez que posee un parpadeo, por ello es ilógico no valorarlo, abrazarlo, retenerlo y colocar nuestro mayor empeño sin importar lo que sea, pues hoy en día hasta el hecho de dar un respiro se ha traducido en todo un arte tan pequeño pero muy valioso pues es de carácter vital. Entonces, en el repaso de nuestro ser, debemos recordar que la ausencia genera olvido, por lo que no está permitido perderse a uno mismo, lo que creemos, nuestra esencia, pues al final, somos simples luces en el enorme firmamento del mundo donde algún día, por mucho que se evite, invariablemente nuestro fulgor se extinguirá

Lo más leído

skeleton





skeleton