Abundancia de topónimos mayas en la Península
Miguel Güémez Pineda: Abundancia de topónimos mayas en la Península
Hablar de la toponimia regional resulta un tema amplio y complejo, pues no siempre es posible saber con exactitud la etimología de las poblaciones o explicar el significado de muchos de estos nombres de lugar. Lo que sí es un hecho, es que casi todos los municipios del estado de Yucatán poseen nombres de origen maya, aun cuando a algunos se le haya antepuesto un prefijo para facilitar su pronunciación: Ti-xpéhual, Ti-xkokob, Ti-xméhuac, Ti-tzimin, Ticul, etc. Ti’ es un adverbio locativo que significa ahí, en, lugar. En la escritura de los topónimos, como en la de los patronímicos, se respeta su grafía original de tradición colonial consignada en los registros parroquiales o en los bandos municipales del siglo XX.
Cuatro de los 106 municipios tienen oficialmente por nombre locuciones híbridas maya-español por referirse a algún nombre epónimo: Dzilám de Bravo, Dzilám González, Tekal de Venegas y Suma de Hidalgo. Otros tres ostentan por nombres frases híbridas, porque teniendo el mismo nombre maya, uno es puerto y otro, pueblo: Telchac Pueblo y Telchac Puerto; y Chicxulub Pueblo, cabecera de municipio del mismo nombre.
Aunque la mayoría de los nombres mayas de las poblaciones en la península yucateca se adaptaron -durante el periodo colonial- atendiendo las leyes fonéticas y morfológicas del español, en algunas localidades este fenómeno se hace más patente como Cenotillo, diminutivo de cenote, que, a su vez, es mayismo originado de ts’ono’ot; Espita, del maya Xp’it ha’; o Izamal que deriva del nombre del dios maya Itzamatul; para otros del epónimo Zamná, caudillo sacerdote y sabio maya, llamado también Itzamná.
Siete topónimos son propiamente españoles: Mérida (la capital) a la que los maya hablantes siguen llamando con su nombre original Ho’; Progreso; Quintana Roo o simplemente “Quintana”, población del cercano oriente del Estado; Río Lagartos; San Felipe; Santa Elena, cabecera del municipio del mismo nombre; y, finalmente Valladolid o Saki’ como aún la nombran los mayas del oriente del Estado. Cabe señalar que tanto Santa Elena, como Quintana Roo, antes de ser registrados con estos nombres, eran llamados Nohcacab y Hobchén, respectivamente.
De los doce municipios que integran el estado de Campeche, cinco: Calakmul, Calkiní, Hecelchakán, Hopelchén y Tenabo se denominan con voces manifiestamente mayas; dos se nombran con un mayismo: Champotón (Chakán Putun) y Campeche (Ah Kin Pech), también conocido con su antiguo nombre San Francisco de Campeche; y cinco son topónimos netamente españoles: Candelaria, Carmen, Escárcega, Palizada y Seybaplaya o Ceibaplaya.
De los once municipios que conforman el estado de Quintana Roo a tres se le atribuyen nombres de origen maya: Cozumel, Tulum, y Bacalar; los ocho restantes (Benito Juárez, Felipe Carrillo Puerto, Isla Mujeres, José Ma. Morelos, Lázaro Cárdenas, Othón P. Blanco, Puerto Morelos y Solidaridad) se denominan con nombres españoles de héroes nacionales o líderes locales. En contraste, abundan poblaciones con nombres mayas (Chunhuhub, Chunpón, Tepich, Tihosuco, Sabán, Dziuché, Polyuc) y puertos de la costa del Caribe (Cancún, Akumal, Chemuyil, Mahahual, Paamul, Xcalak, Xel-Há).