'Cuaresma, un regalo de amor'
El poder de la pluma
“El amor a la vida no es, en el fondo, sino el temor a la muerte”. Es una frase de Schopenhauer y bueno es tenerla presente ahora que estamos en esta pandemia. En esta cuaresma ¿estás ocupado en vivir o se antoja dejar esta vida por todos los problemas que tienes? En esta cuaresma ¿qué tanto tienes a Dios en tu corazón o al dinero en tu alma? Si Dios actúa en ti, ¿por qué no respondes? Dios no es algo abstracto e ilusorio. Dios es vida, es dinamismo hecho acción, es una energía positiva que nos hace actuar y obrar para el bien. Solo en Él podemos lograr salir de esta pandemia teniendo fe, oración y acción.
Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, y nos encarnamos en nuestra madre, ahí Cristo hizo el milagro de la vida. “Fuimos hechos con el amor de Dios y transmitidos por nuestro padre físico y encarnados en nuestra madre biológica.
La cuaresma es un regalo de amor, porque Dios actúa todos los días en nuestra persona y por medio de nosotros manifiesta su amor. Cuando amamos a nuestros padres, hermanos, pareja e hijos, ahí esta el dinamismo de Dios hecho acción.
Dios es “la chispa del amor” que nos prende para hacer obras buenas, dar aliento, ayuda emocional, afecto y nuestro amor al prójimo. Jesús fue el que trajo el fuego del amor para encender nuestros corazones y formar con nosotros la antorcha del amor, la paz y la felicidad.
En esta pandemia, seremos el fuego de Jesús, cuando usemos su perdón para sanar y curar a nuestro prójimo, porque la mejor medicina es el perdón. Seremos fuego de Jesús, cuando demos comprensión, estimulo y amor incondicional manifestado en obras. Seremos el fuego de Jesús cuando dejemos que actúe en nosotros para realizar milagros, pues Él necesita de nuestras manos, de nuestra boca y de nuestro tiempo. A Dios no le gusta hacer milagros solo, necesita de nosotros.
Y este amor de Dios implica compromiso, para con nosotros y nuestros hermanos. Para aclamarlo y ser partícipe del fuego de su amor, dando sin esperar recibir, amando sin esperar que nos amen, y perdonando sin esperar ser perdonados, porque cuando damos, amamos y perdonamos es Cristo que está en nosotros manifestando su amor. Y esta es la felicidad completa, cuando la criatura es tocada por su creador, cuando Dios actúa y nosotros respondemos con su amor.
Compartamos la chispa del amor de Cristo y seamos promotores de su amor. Empecemos hoy mismo en amar a nuestros padres, ellos están esperando ese fuego para calentar sus almas entumecidas por la frialdad de la falta de amor y compañía. Compartamos el fuego de Jesús con nuestra pareja, ella esta esperando sentirse querida, no quiere saberse querida. Y ese fuego lo podremos transmitir a nuestros hijos y hermanos, también tienen sed de nosotros para saciar sus almas con nuestro afecto, cariño y comprensión.
Si, el antídoto a esta pandemia… ¡es Jesús! Porque nos da su fe, su amor y su palabra. Cuaresma es un regalo de amor, y deberá ser nuestro plan en compartirlo al dar sonrisas y no caras largas, buenas acciones y no agresivas reacciones, dando a nuestro prójimo palabras de aliento, ayuda al prójimo mas cercano, ya sea nuestra familia o el pordiosero que hoy acude a nosotros, ¡ahí está Cristo! Así podremos exclamar al final de nuestros días la frase de Séneca: “Necesitamos la vida entera para aprender a vivir, y también cosa sorprendente, para aprender a morir”.