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La vida de “Juan” se desarrolló entre mil retos, esta afirmación no refleja mucho el contexto en el que se desenvolvió el joven al que me referiré, por lo que intentaremos exponer un panorama lo más amplio de los posibles sucesos.

La vida del ser humano se desenvuelve en una lucha permanente desde antes de su concepción hasta su fallecimiento, esto es así derivado de que la fecundación se convierte en uno de tantos escalones por los que el ser humano deberá ir avanzando en su proceso de desarrollo.

Hablando de la parte biológica, diríamos en términos coloquiales que el hombre posee todo un sistema de protección que le servirá en el transcurso de su vida.

También hay elementos sustitutivos o complementarios que contribuyen a mantener con vida el cuerpo; medicamentos que colaboran para la salud.

Pero ¿qué sucede con la parte que tiene que ver con asuntos relacionados con lo que denominamos alma, sentimientos, emociones o mente, aquello que controla nuestro estado de ánimo?

Hablar de la conducta es hablar de aspectos que contribuyen al comportamiento de la persona, controlado por la mente, el cerebro, parte biológica que, al no encontrarse en condiciones de salud orgánica, podrá en alguna medida afectar la conducta.

Es aquí en donde aparecen los sucesos acontecidos a un gran ser humano, aquel “Juan”, quien se enfrentó a una serie de sucesos que lo llevaron al final de la vida.

La posibilidad de que llegara a su madurez no se logró, los retos posteriores a su nacimiento se convirtieron en una carga emocional que no le permitió entender la lejanía de sus padres biológicos.

Sin que se convierta en una larga historia, algunas de las cosas que ocurrieron, entre ellas el abandono de sus padres, decisión tomada por ellos porque a su corta edad no pudieron llevar la enorme responsabilidad de un hijo, siguió una combinación de cosas que van desde el comportamiento inadecuado hasta el consumo de drogas.

Poco a poco se fue convirtiendo en algo lógico, el amor como elemento trascendental para que todo ser humano viva, en el caso de “Juan” fue sumamente necesario.

Todas las atenciones recibidas a lo largo de su vida fueron de excelencia, educación, alimentación, el amor de sus abuelos y familia intentaron llenar el vacío que reflejaba en sus ojos.

Aún es tiempo de que aquellas personas que llegan a este mundo reciban lo elemental para su desarrollo; los anticuerpos humanos que le dan salud al alma, los sentimientos, las emociones o la mente aún no existen, por ello los elementos sustitutivos o complementarios que puedan ayudar a mantener las aspiraciones solo podrán ser proporcionados por otro ser humano, los padres para los hijos.

En memoria del gran ser humano y como reconocimiento a todos aquellos que le dieron su cariño y atenciones.
Reflexión: ¿poseemos los anticuerpos necesarios para formar a las nuevas generaciones?

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