Peso Pluma y la normalización del consumo de drogas

Freddy Heredia: Peso Pluma y la normalización del consumo de drogas.

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El narcotráfico suele convertir a sus clientes y consumidores en seres de desecho, sólo le sirven o tienen la importancia económica para él. El cliente es el eslabón más frágil, que en ocasiones empieza en una fiesta y termina en todo un caos.

Los grupos empresariales criminales actúan como los grandes corporativos transnacionales, se han diversificado, en el tráfico de drogas, trata de personas, tráfico ilícito de migrantes, tráfico de armas de fuego, tráfico de recursos naturales, comercio ilegal de la flora y la fauna, venta de medicamentos adulterados y delincuencia cibernética (Nexos, 22, 2021, Pérez Dávila), además, de la extorción, el cobro de piso, secuestro, piratería, robo de combustible, el tráfico de equipo médico y de medicamentos, incluyendo productos sin registro y falsificación.

Los nuevos integrantes o líderes del crimen organizado saben de la importancia que tiene para sus intereses el que la sociedad observe como algo “normal” sus actividades, sobre todo, el consumo de sus productos. Estas estrategias no son nuevas en el mercado.

Un ejemplo lo encontramos en 1997, cuando la industria del tabaco fue duramente cuestionada junto con la del alcohol. El ex zar antidrogas en los EEUU, Barry McCafferey, decía que por el consumo de drogas legales mueren muchas más personas que por las drogas ilegales, a las dos drogas legales se le señalaba por haber ejercido un impacto en la salud de los estadounidenses. En 1998 más de medio millón de personas demandaron por 900 millones de dólares a la industria tabacalera por considerarla responsable de sus enfermedades. Frente a estas ofensivas, la industria del tabaco gastó en los EEUU, en 1997, aproximadamente 19 dólares en publicidad por cada estadounidense, que llegó a sumar 6,000 millones de dólares, los monopolios tabacaleros apoyaron a la industria cinematográfica para que en sus películas aparecieran escenas en donde se estimulara el consumo del cigarrillo, con el fin de hacerse publicidad.

Actualmente, la industria criminal sabe de la importancia de normalizar el consumo de sus productos, como son: la cocaína, el crac, cristal y las llamadas drogas sintéticas, todo esto para poder acercarse a sus nuevos clientes, recurriendo de manera explícita a los compositores y cantantes como Nathanahel Rubén Cano Monge y Hassan Emilio Kabande Laija, mejor conocido como “Peso Pluma”, quienes interpretan la canción “PRC”, que dice: “me levanto, un baño y luego me pongo a forjar / es veneno, da pa´arriba, de muy buena calidad / los teléfonos no paran nunca de sonar / si no es alguna plebita, es porque un cliente quiere más / Y, bien forrados los paquetes van / no hay pendiente, no puedo fallar / siempre estoy listo para cruzar / polvo, ruedas y también cristal”.

En el video de dicha canción, sus intérpretes muestran a dos jóvenes traficantes o tiradores de droga, la escenografía donde realizan su “jale” es un barrio pobre, durante el video los jóvenes recrean cómo se elabora un churro para luego consumirlo. En una mesa se observan las pastillas que pueden ser cristal, cápsulas, metanfetaminas y los paquetes de cocaína, así como mujeres jóvenes que están consumiendo alguna bebida, mientras que en la mesa están regadas las líneas de coca. Al final del video se puede observar cómo se tira la cocaína.

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