50º Aniversario luctuoso de Felipe Carrillo Puerto en 1972 (y III)
José Ramón Pérez Herrera: 50º Aniversario luctuoso de Felipe Carrillo Puerto en 1972 (y III)
El 11 de enero de 1974, la Universidad de Yucatán llevó a cabo las actividades de clausura de la conmemoración del cincuentenario luctuoso de Felipe Carrillo Puerto. El acto final tuvo lugar en el Auditorio “Manuel Cepeda Peraza” del Edificio Central. Durante este evento, Antonio Betancourt Pérez presentó la disertación “El asesinato de Felipe Carrillo Puerto”, en la cual refutó las tesis sostenidas por Roque Armando Sosa Ferreyro en su libro “El Crimen del Miedo” (1969).
Betancourt Pérez refutó tres ideas principales: 1) que Felipe Carrillo Puerto intentó huir de Yucatán para reunirse con Alma Reed en San Francisco, California, acusándolo de dejar a un lado sus compromisos políticos y sociales con el pueblo yucateco; 2) los soldados de la reacción fusilaron a Carrillo Puerto por miedo a un levantamiento popular que no pudieran controlar, y 3) que no existen evidencias para culpar a los hacendados henequeneros de confabular para cometer el crimen contra el líder socialista.
Al final de su disertación, el escritor yucateco afirmó que este tipo de propaganda de desprestigio tiene una orientación política destinada a desarticular ideológicamente al pueblo mexicano, con el fin de “dejarlo inerme, indefenso y sin principios para así poder conquistarlo y conducirlo, ya dócil y sumiso, a un sistema de retroceso y de opresión que haría palidecer al imperante durante el porfirismo e igualar al que existe en estos momentos en la República mártir de Chile”. Ante esta situación, Betancourt Pérez enfatizó la importancia de defender los ideales y el legado que heredó Carrillo Puerto al pueblo yucateco.
El cincuentenario luctuoso de Felipe Carrillo Puerto fue la oportunidad ideal para destacar la relevancia histórica de su figura y vincular su legado con las instituciones políticas de la época. Así lo planteó el gobernador Carlos Loret cuando pronunció: “Carrillo Puerto es héroe nacional y mártir de las instituciones, mártir que cae en defensa de las instituciones, porque no hay en su vida actos ilegales”. Y más adelante añadió: “El gobernador Felipe Carrillo Puerto, el presidente municipal Lic. Manuel Berzunza y todos aquellos mártires han ganado su batalla desde aquí, desde su tumba, porque su testamento está vivo y actuante”.
La clase política mexicana de la posrevolución buscó en todo momento establecer una relación hereditaria, posicionándose como los depositarios del legado de Carrillo Puerto. Mario Moya, secretario de Gobernación, así lo evidenció cuando mencionó que el Presidente “tiene en sus manos el testamento político, moral y social de Carrillo Puerto; y el Presidente Echeverría ha aceptado, y lo ha probado con hechos, ser el albacea de ese testamento frente al pueblo de Yucatán, y frente al pueblo de México”.
La conmemoración del cincuentenario luctuoso de Felipe Carrillo Puerto tuvo una finalidad política para las autoridades nacionales y locales, quienes aprovecharon la oportunidad de presentarse como herederos del legado revolucionario y socialista del líder motuleño. Por su parte, la Universidad de Yucatán tuvo un programa académico y cultural que le permitió rememorar sus orígenes y reafirmar los ideales educativos de su fundador.