El pasado 28 de agosto se conmemoró el Día del Abuelo en México, aunque a nivel internacional se festeja a las y los abuelos en diversas fechas.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) promueve esta celebración el 1 de octubre y la denomina Día Internacional de las Personas de Edad. El objetivo es hacer conciencia sobre la importancia que tienen las personas adultas mayores en la sociedad, a la cual contribuyen para su integración y para mantener una actividad saludable. En varios países se conmemora esa efeméride el 26 de julio, y en Francia se celebra el primer domingo de marzo.

Quienes participamos en esta celebración debemos brindarles a estas personas adultas mayores el reconocimiento que se merecen por su aportación al crecimiento de nuestra sociedad y de nuestras familias.

Conforme avanza la edad de las personas, su organismo empieza a tener problemas y entra, más tarde o más temprano, en el espectro de las enfermedades gerontológicas que se piensan como parte del deterioro progresivo y generalizado de las funciones, lo que produce una pérdida de respuesta adaptativa al estrés y un mayor riesgo de sufrir enfermedades con la edad.

A este proceso degenerativo de la salud puede aunarse el que, en algunos casos, las personas adultas mayores son desplazadas afectivamente por las y los más jóvenes, con frecuencia en el ámbito familiar.

En México, particularmente en Yucatán, hay varias leyes para apoyar a las personas adultas mayores, como la Ley para la Protección de Derechos de los Adultos Mayores del Estado de Yucatán, cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida de este importante sector de nuestra sociedad.

En el Censo de Población y Vivienda del 2020, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señala que en nuestro Estado hay 289 mil 35 personas adultas mayores, que representan el 12.45 por ciento de la población. Se indica también que la población en el Estado creció 18.7 por ciento mientras que las y los adultos mayores aumentaron 47.7 por ciento de 2015 a 2020.

Esto es, sin lugar a dudas, una clara muestra de que nuestra población de personas adultas mayores va en aumento y por tanto son más las personas que requerirán atención médica y afectiva, para tratar los problemas de salud propios de la adultez.

Todas y todos debemos de hacer nuestro mejor esfuerzo para proporcionarle a las personas adultas mayores la mejor calidad de vida, no sólo en el seno de la familia, sino en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, para que un día podamos hacer una auténtica celebración por dedicarles una vida muy especial a nuestras personas adultas mayores.