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El cuerpo del ser humano es como ese equipo de última tecnología que tanto está de moda, pero con mucho más gadgets; es una mezcla de fortalezas, trucos y sorpresas que ninguna tecnología ha podido igualar; en realidad conozco muy poco de la biología humana, por fortuna o infortunio me incliné por Ciencias de la Comunicación, pero no soy del todo un ignorante en el tema. Lo poco que entiendo esque este aparato es como una máquina, con engranajes exactos y con una programación muy bien elaborada que permite que a pesar de que el cuerpo se apague por las noches siga funcionando, haciendo que recupere el nivel de carga que durante el día se agotó.

Pero nada es gratis, como todo producto, este sistema tiene un periodo de prueba, para algunos dura un poco más, para otros tantito menos, otros más con fallas de fabrica, aunque al final funcionan a su manera. El asunto es que después del lapso en donde podemos hacer y deshacer con lo que nos dieron a préstamo, viene lo bueno, porque comienzan las visitas al mantenimiento, revisión de rutina, que las tuercas estén bien puestas, que la banda no esté rota, entre otras cosas más, todo lo cual deberíamos de saber y hacer rutinariamente, y lejos de eso nos confiamos, creemos que este aparato nos va a aguantar de todo.

Desafortunadamente no somos un todo terreno, hay sus limitaciones y muy marcadas; un golpe y se abolla el cascaron, pero aún así resiste más y más, a duras penas pero aguanta, hasta esas cantidades excesivas de comida chatarra, de gaseosas, de cerveza, cigarros, sedentarismo y exceso de estrés; sin embargo, llega un punto en el que todo el cuerpo te dice “basta” y por más que quieras y lo desees no puedes resetearlo y el daño se vuelve irreversible.

Desafortunadamente vemos en las estadísticas diarias de salud por el Covid-19 que las enfermedades cronicodegenerativas-diabetes, obesidad, hipertensión- son los padecimientos que se anticipan al nuevo virus durante las presentaciones. Sin embargo, a todas esas personas que viven con esos padecimientos les pregunto: ¿qué están haciendo para revertir este problema?, ¿quién está cambiando su ritmo de vida?, ¿vamos a esperar a que un susto haga tomar en serio las riendas de nuestra salud o anticipar nuestro viaje con la huesuda? De verdad creo que estamos ante una oportunidad irrepetible, una que nos permite hacer las cosas bien.

Hagamos estos días en donde tenemos que permanecer en casa de provecho, cambiemos nuestros hábitos alimenticios, hagamos un poco de ejercicio. Con algo se comienza, empecemos a cambiar nuestra rutina, porque si no lo hacemos ahora, cuando estemos en una cama de hospital será muy tarde. Suena crudo y muy triste, pero es la realidad, vamos a darle ese empujón a esta increíble maquinaria que es nuestro cuerpo, vamos a sacarle provecho, pero responsablemente. Total, lo tenemos que devolver mejor de lo que nos lo entregaron. 

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