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Son muchas las fotografías de grandes escritores con sus gatos, la relación entre felinos y las letras parece ser fuerte y duradera. Borges le da el nombre de Beppo en alusión al gato de Lord Byron con el cualéste solía viajar y al que hasta le dedicó uno de sus célebres poemas.

Así los gatos han estado presentes en muchas obras literarias, pero también en la vida y retratos de los escritores; son sin duda la mejor compañía para almas solitarias por su sigilosa presencia y su poca necesidad de atención.

El escritor japonés Takashi Hiraide obtuvo en el año 2002 el Premio Kiyama Shohei por su novela “El gato que venía del cielo”, una historia que refleja la esencia viva de los gatos, su enigma y su grandioso poder de adueñarse de espacios y de convertirse en protagonistas de la vida de las personas que se envuelven en su misticismo.

Chibi se entromete en la vida de una pareja y logra trastocar su rutina y su aislamiento.  Se convierte en  un amigo que los comprende, “un amigo con apariencia de gato”, un regalo del cielo. Finalmente la historia de la pareja gira en torno a la presencia y ausencia de Chibi, mostrándonos cuán importantes llegan a ser los gatos en la vida de quienes deciden habitar con ellos, respetando su carácter único y su aparente frialdad y desapego; la novela logra reflejar, con una prosa amena y en momentos hasta poética, el vínculo indisoluble que surge una vez que caemos en las tiernas garras de los felinos.

También la escritora Doris Lessing, ganadora del Premio Nobel en 2007, dedica unas páginas a la convivencia a lo largo de su vida con los gatos. En “Gatos ilustres”, de editorial Grijalbo, la historia va acompañada de bellas ilustraciones de Joana Santamans, que nos llevan de la mano junto con las anécdotas desde la infancia de la autora y la presencia de los maullidos.

Más allá de una historia idílica es en ocasiones narrada con dureza y crueldad porque finalmente algunos seres humanos son así, crueles y despiadados con los animales, y Lessing finalmente logra en este libro destacar la forma de vida de los gatos, su comportamiento, sus rarezas y sus formas de comunicarse con nosotros a través de un lenguaje que podremos entender mejor después de leer este libro. Una gata negra y una gris que se adueñan de la vida de la propia escritora: “La gata gris se revuelca en la cama, bosteza, se acicala, ronronea: la gata favorita, la jefa, la reina de la casa por el derecho que le otorgan su fuerza y su belleza”.

Los gatos que nos rodean, a los que pertenecemos en nuestro hogar, los que nos observan con aparente desinterés, se vuelven imprescindibles en nuestras vidas, son compañeros leales que se entrometen y se adueñan con sus maullidos en las páginas y  en nuestros corazones.

 

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