Erica Millet: necesario relevo

A partir del lunes 1 de octubre, Millet Corona asumió la enorme responsabilidad de subsanar las deficiencias dejadas por tantos aviadores hoy basificados.

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Con la designación de Erica Millet para encabezar la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán se ha puesto fin a la rumorología, pero no a las esperanzas. Y es que después de un sexenio que en materia de cultura empezó con el pie izquierdo ante el desatinado liderazgo de Raúl Vela Sosa, vino la negrísima administración de Roger Metri Duarte. Es decir, fuimos de Guatemala a Guatepior…

El gobierno del estado redujo su máxima instancia cultural a un hoyo gris de burocracia y rumores de corrupción. Entre tanto, la dirección de cultura del municipio con Irving Berlín y Felipe Ahumada al frente, con todo y sus bemoles, alcanzó cotas de calidad suficiente como para comerse toda la gestión de la Sedeculta, que entre la comunidad artística comenzó a conocerse como “Tesepulta”, un chascarrillo que resume su ausencia de programas, apoyos y presupuesto para la cultura en Yucatán, que hace dos sexenios había sido punta de lanza en todo el país.

A partir del lunes 1 de octubre, Millet Corona asumió la enorme responsabilidad de subsanar las deficiencias dejadas por tantos aviadores hoy basificados, funcionarios sin el perfil adecuado, meretrices y erómenos que el PRI dejó como herencia en detrimento de artistas y promotores yucatecos.

El reto que tiene enfrente es mayúsculo, por lo que deberá planear cuidadosamente la reestructuración de la secretaría, manteniendo cerca a la gente que ha trabajado bien sin importar sus afinidades políticas, dada su experiencia a nivel operativo de una institución que es relativamente joven y cuyo paso de instituto a secretaría ha carecido de una brújula de acuerdo con las necesidades de la población.

Estamos en un momento en el que la mancuerna entre el municipio y el estado será fundamental para construir políticas culturales a corto y a largo plazo, sobre todo en lo tocante a la normatividad y a los ejes rectores esenciales para garantizar que los programas exitosos tengan continuidad, a la par de implementar otras directrices para llevarnos a un estado de bienestar donde el arte sea inseparable de nuestra gente, la educación y la prevención social.

De entrada, celebro que la nueva secretaria sea mujer y que no sea artista, pues la sensibilidad y la capacidad de organización que trae de Capital Americana de la Cultura servirá para que se rodee de asesores útiles, educados y un equipo de trabajo listo para la tarea que se avecina. Pero, como dijo el ciego, ya veremos.

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