|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Este domingo 3 de octubre, las personas volvieron a manifestarse en las calles de más de 70 ciudades con diversas expresiones que fueron desde marchas hasta cadenas humanas.

El objetivo de éstas fue exponer a la sociedad que aún cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) asestó un duro golpe a la protección de la vida y a la objeción de conciencia, hay muchísimas personas dispuestas a ser voz de los que no la tienen, pero sobre todo, que solicitamos a autoridades, políticos, universidades, empresarios, organizaciones civiles y sociedad en general que se logre un gran acuerdo nacional a favor de la mujer y de la vida.

No debería ser opción para una mujer acabar con la vida de su hijo concebido y menos por el simple hecho de que “le estorba” o “no lo quiere”. Empoderar a una mujer como ha hecho la SCJN para que “su” derecho a decidir matar a su bebé sea suficiente para atropellar el derecho humano que da origen a los demás parece inconcebible, pero la Corte lo hizo y mujeres proaborto lo han estado festejando.

Del otro lado tenemos muy claro que hay que trabajar en la cultura de la vida, porque la mujer no es enemiga de ser madre, las mujeres, la gran mayoría desean tener hijos y ejercer la maternidad, pero se encuentran con numerosos obstáculos que le dificultan hacerlo, por ello es necesario que se creen políticas públicas orientadas a facilitar el ejercicio de ser y formar familia, que padres y madres encuentren el camino más sencillo para que a los hijos no los priven de su derecho a nacer, vivir y convivir en una familia.

Hay que atender la raíz del grave problema del aborto, porque si somos honestos las mujeres que están abortando hoy, legal o ilegalmente, lo hacen porque están convencidas de que lo que llevan en el vientre durante las primeras semanas es tan sólo un conjunto de células, que como no tiene actividad cerebral -no piensa- puede acabarse con “eso” sin mayor problema.

El tema de las violaciones sexuales no es el centro del debate para legalizar el aborto, toda vez que desde hace muchísimos años la violación forma parte del elenco de exclusiones de responsabilidad.

No, este no es el tema aunque lo traigan a la mesa, tampoco lo es que haya mujeres encarceladas por este crimen, simplemente porque no las hay; las cinco mujeres en prisión por este delito no son aquellas que abortaron sino las que hicieron a una mujer abortar.

Es muy necesario crear conciencia en los jóvenes sobre el valor de la vida humana que inequívocamente inicia en la concepción, donde el ADN demuestra que es un ser distinto de la madre -no es su cuerpo y este pequeño quién en su diminuto origen celular ya contiene toda la información para su desarrollo hasta el día de la muerte, que no cesa por ser continuo y autónomo pero que al igual que un niño pequeño necesita los cuidados de su madre.

En estos tiempos de polarización no hay que estarnos confrontando quienes defendemos la vida y quienes no lo hacen, la pandemia nos ha demostrado que la vida es un bien preciado -para los que están vivos- por lo que es menester insistir en que necesitamos opciones de vida para quienes aún no nacen.

La libertad de decidir tiene que pasar por la responsabilidad que conllevan nuestras acciones hasta sus últimas consecuencias, mujer y hombre son libres de decidir la mejor opción para su vida, pero sacrificar a un inocente no es justo.

Lo más leído

skeleton





skeleton