¿Cómo tener una buena pensión?
Columna de Jaime Gutiérrez Melchor: ¿Cómo tener una buena pensión?
“Hola don Jaime, leo cada semana sus publicaciones y quiero ver si me puede apoyar con una orientación… le comento, tengo 46 años y 695 semanas cotizadas, ganó 220 diarios, pero en propinas me va muy bien, soy Ley 1997; entiendo que es posible que alcance una buena pensión si llego a los 60 y hago aportaciones por mi cuenta, ¿estoy bien o hay algo más que deba saber o hacer?”.
La anterior es una pregunta que nos envía un lector a quien con gusto le compartimos nuestra opinión, con la intención de que, al término de su vida laboral, pueda tener la mejor pensión posible.
La estrategia para obtener una buena pensión por Ley 1997 depende de 4 factores: semanas cotizadas al término de nuestra vida laboral; el salario base de cotización promedio, actualizado por inflación a valor presente; la edad de retiro (60 a 65 años); y por supuesto, el ahorro voluntario que podamos hacer.
Fundamental será para obtener una buena pensión, el saldo acumulado en la cuenta individual que nos administra la Afore.
Muchas semanas cotizadas con salario bajo, poco ayudan; salario alto con pocas semanas cotizadas, poco ayudan y a menor edad de retiro, menor acumulación de ahorro en nuestra cuenta individual. Para quienes obtendrán su pensión por la llamada Ley 1997, o generación Afore, o por cuentas individuales, es determinante que coticen al menos dos mil semanas, con patrón o por modalidad 40; con el salario y/o aportación más alta posible; y se retiren a la mayor edad posible.
El ahorro voluntario podrán hacerlo en cualquier momento, mediante descuento por nómina, domiciliación a nuestra cuenta de débito, en cadenas comerciales y otras múltiples opciones. De hacer ahorro voluntario, por hábito o convicción, es importante que, una vez se haya acumulado una cantidad significativa y utilizando lo ahorrado en Infonavit, compremos una propiedad al menos cada doce a quince años, de tal modo que, al llegar a la edad de nuestro retiro, tengamos al menos cuatro propiedades que nos permitan vivir de las rentas, más la pensión.
Lo anterior evitará que seamos una carga económica para los hijos, si es que están cerca de nosotros y que, cuando llegue la etapa más crítica de nuestra vida, vendamos las propiedades y que los intereses nos den el soporte económico que nos permita solvencia financiera e independencia en nuestra vejez.
No construyamos patrimonio para heredarlo; construyámoslo para vivir de él y si a nuestra partida, algo queda, pues que quede para la descendencia. Únicamente siendo previsores, constantes en las aportaciones a nuestra cuenta individual y cuidadosos de las formas para tener la mejor salud en nuestra vejez, habremos creado las mejores condiciones para una buena vejez.