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Dos cuadros de gran tamaño de Diego Rivera, La procesión de la posada y La Piñata, reciben a los niños y sus padres en el vestíbulo del Hospital Infantil de México “Federico Gómez” (HIMFG), en su antiguo edificio Mundet, en la Ciudad de México, muy cerca del Hospital General, en la colonia Doctores. Así lo recuerdo cuando lo conocí hace más de 30 años, en un frío verano.

La atención, nos dijeron, es para los pacientes: los niños, no para los familiares. De hecho el hospital casi estaba desierto, pues las visitas eran programadas y muy breves. Para ingresar, por ejemplo, al área de cuneros, había que hacer el ritual de la asepsia como si fuera uno médico, con bata, botas y gorro incluidos.

En los pasillos veíamos niños que parecían no tener ningún padecimiento, y a otros cuyas cabecitas rapadas evidenciaban su pronto destino, pero que no dejaban de sonreír con las atenciones que les prodigaban enfermeras y doctores, éstos los mejores especialistas del país que dirigían a grupos de médicos nacionales y extranjeros que aprendían -prácticamente enclaustrados- alguna de las muchas especialidades de la pediatría. Por cierto ahí vimos preparándose a un joven doctor yucateco que hoy es un reconocido especialista. 

Su página web señala que “con más de siete décadas de historia, el HIMFG es, hasta el día de hoy, una de las instituciones de mayor reconocimiento en el ámbito de la Pediatría Mexicana y de Latinoamérica. Dedicado desde sus orígenes a la Enseñanza de la Pediatría, a la Investigación de excelencia y a la Atención Médica del más alto nivel, este Instituto Nacional de Salud denominado La cuna de la Pediatría nacional ha permanecido como uno de los principales referentes nacionales para la solución de los  problemas de salud que aquejan a la población infantil”.

Pareciera que las actuales autoridades de Salud ignoraban lo anterior. De otra forma no se explica el videodifundido recientemente donde un pequeño clama ayuda al Presidente para que se otorguen al citado hospital los medicamentos para su atención, ni que los padres de otros menores con cáncer hayan realizado marchas y llamado la atención de legisladores para corregir esta deficiencia casi criminal, por tratarse de la infancia y de una institución que realiza una noble y notable labor en beneficio de la salud de las familias más necesitadas.

Mientras, aquí, en nuestra entidad, gracias a un equipo multidisciplinario de especialistas, en Mérida ya es posible realizar cirugías de alta especialidad en la medicina para corregir cardiopatías congénitas en niños, casos que antes se referían a Estados Unidos, y está en ciernes un patronato que permitirá acceder gratuitamente a estas intervenciones (que cuestan hasta un millón de pesos) a quienes no cuenten con recursos suficientes. De hecho, entre julio y agosto realizaron, con éxito, tres de ese tipo de cirugías, dos de ellas a corazón abierto, según documentó Novedades Yucatán.

Se trata de dos rostros de la salud en México, luz y sombra de la medicina institucional, donde la falta de infraestructura, equipo, personal médico y medicinas es de lo que siempre adolece, a lo que se ha sumado, de manera especial en este sexenio, el recorte al presupuesto, que impacta en la salud de los derechohabientes y sus familias.

Es cierto que la seguridad social (servicio médico) para todos es uno de los grandes retos que ha asumido la nueva administración; pero tendrá que mejorar y recomponer lo que se tiene, pues la medicina institucional requiere de muchos recursos y de personas que conozcan el entramado de instituciones como el Issste y el IMS, a las que se ha incrementado sus responsabilidades y más ahora que el gobierno creará el Instituto para el Bienestar de la Salud, que sustituye al Seguro Popular.

El tema es de vital importancia, pero se requiere presupuesto suficiente, voluntad y sobre todo, sensibilidad de las autoridades.

 Anexo “1”

Delegados ad hoc en el IMSS

Creado el mismo año que el Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, en 1943, el Instituto Mexicano del Seguro Social IMSS ha sido dirigido por políticos, ningún médico. Su titular actual, Zoé Robledo, es licenciado en ciencias políticas, el mismo que anunció que los nuevos titulares de los Órganos de Operación Administrativa Desconcentrada, conocidos como delegados, serán designados mediante un concurso transparente, incluyente y equitativo.

Es decir, que ya no se definirán en función de cuotas políticas o dedazos, como él llegó al cargo. Ahora será, dijo, un proceso más transparente y competitivo que privilegiará los méritos y fomentará el servicio profesional de carrera para designar a los mejores 35 perfiles para dirigir las oficinas de representación estatales.

Los aspirantes saldrán del personal de enfermería, médicos activos o jubilados del IMSS, que cuenten con una reconocida trayectoria dentro del Instituto. Se busca que el Seguro Social cuente con mujeres y hombres de alto perfil en los cargos de toma de decisiones con la finalidad de brindar un mejor servicio a los derechohabientes.

La medida es positiva, dado que personal que sabe del entramado del IMSS puede entender las necesidades de directores de hospitales y clínicas, y no solo utilizar el cargo como trampolín para otros puestos.

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