Veinte años no es todo
La letra escarlata, columna de Aída López.
En una amena charla entre Paty Garma Montes de Oca y Josué Morelos en el programa Voz Viva, presentaron entre amigos y colegas el libro Veinte años de periodismo cultural (Libros del Marqués, 2023), obra ganadora del Fondo de Ediciones y Coediciones del Ayuntamiento de Mérida.
El libro apenas es una muestra del sustancioso trabajo que desarrolla su autora en su día a día como periodista, ya que resulta imposible contener en 120 páginas el sinfín de entrevistas, coberturas, reseñas, crónicas y artículos que realiza gustosa, pues desde siempre quiso escribir y encontró en el periodismo el medio ideal para hacerlo sólo que con un valor agregado, la literatura, con la cual adereza sus textos haciéndolos interesantes y amenos, evidente en los títulos que invita a leerlos: “Un negro de Nueva Orleans reencarnó en mí” acerca de la compositora yucateca Ligia Cámara.
Prologada por Joaquín Tamayo, quien destaca lo “expansivo, con nostalgia de mural” de la obra, Patty no sólo cuenta las peripecias para conseguir “la entrevista” como sucedió con el tenor peruano Juan Diego Flórez en “Una estrella escurridiza”, sino la parte humana de los artistas, sus miedos, sus temores, sus aversiones, leídos en “Una tarde con Elena Poniatowska” y “Sopa de Lima para Javier Camarena”.
La escritora y el cantante se dejaron llevar por el carisma y la calidez de Paty, y le revelaron sus sentimientos: “¿A poco me van a tomar fotos en este monumento tan horrible?”, dice Elena por el emblemático Monumento a la Patria; “Luego de estar relajado en casa, por la pandemia, volver al escenario me ha costado trabajo. Hasta hace poco tenía periodos muy fuertes de ansiedad antes de salir a cantar”, revela el tenor veracruzano, quien sólo ansiaba una sopa de lima.
El poeta yucateco Roger Campos le abre su corazón y las puertas de su santuario en “Roger Campos, hipérbole del dolor” y es por ello por lo que conocemos su visión de la vida, su obsesión por la muerte, sus espacios literarios y lúdicos, sus colecciones y pasatiempos como la elaboración de collages, así como su costumbre de leer cinco horas diarias y escribir todos los días, pues es el oficio lo que hace al escritor: “El poeta escribe y vive en el dolor”, acota.
Los inconvenientes que están fuera del guión también los retrata Paty con la palabra: “Ramón Vargas: entre arias, letanías y campanazos en Campeche” y “Carlos Monsiváis y los aluxes”; los títulos lo dicen todo. El periodismo literario de Paty abarca costumbres, gastronomía, espacios y cultura de Yucatán: “Estampas y mitos de finados”, “Las cantinas: arte, cultura e inclusión” y “Los colectivos culturales en Mérida”, son muestra de los artículos donde se descubren rituales ancestrales, pero también temas de actualidad.
A pie de página se incluye una breve descripción de los platillos que degustan los artistas cuando llegan a Yucatán. Veinte años de periodismo cultural nos descubre a una escritora carismática, preparada, honesta e inteligente que sabe dónde acentuar la nota.