Migrantes vuelven como peligrosos pandilleros a pueblos de origen

Un estudio realizado por la Secretaría de Seguridad Pública Federal revela la presencia de pandillas agresivas en Tekax, Oxkutzcab, Ticul y Akil

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Las pandillas más violentas están en Oxkutzcab, y son identificadas como los “Pablines”, “Romeros”, “Pelones”, “Canarios”, “Galdinos” y “Sur 13”. (Foto: Novedades Yucatán)
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Luis Fuente/MÉRIDA
Aunque la presencia de peligrosas bandas de pandilleros que tuvieron su auge a finales de los años 80 y 90 ha disminuido de forma notoria en Mérida, al grado de que ahora son considerados por las autoridades policiacas como “grupos de vándalos”, el fenómeno se ha trasladado a seis municipios del sur del Estado, donde impera la migración a Estados Unidos.

Un estudio realizado por la Secretaría de Seguridad Pública Federal revela la presencia de pandillas agresivas en Tekax, Oxkutzcab, Ticul y Akil, en las que además de las conductas racistas, las autoridades han identificado otra característica que comparten integrantes de dichos clanes: el consumo y tráfico de drogas caras como la cocaína y el crack, y las denominadas “sintéticas”.

En esos años, 80 y 90, la capital yucateca literalmente estaba a merced de las pandillas que cometían asaltos callejeros, se enfrentaban por la disputa del territorio, e incluso asesinaban a sus rivales.

Las bandas más conocidas fueron “Los trompos”, “Los chimuelos” de Pacabtún, “Los cazafantasmas”, “Vatos locos”, “Los muertos” y “La banda del silencio”, entre otras. Estas tres últimas operaban en el sur de Mérida.

Incluso, las autoridades estatales y municipales realizaron programas culturales y deportivos para tratar de impedir el auge de las mismas, que luego, cuando sus integrantes crecieron y se transformaron en adultos, fueron disminuyendo en número de miembros (aunque en sus momentos de auge algunas sumaban más de 500 integrantes) hasta ir desapareciendo.

A principios de este milenio surgieron las bandas “Los neighbor”, “Los primos”, “Sur 13” y “Los ninos”, que operaban en las colonias San Antonio Xluch I, II y III; Emiliano Zapata Sur y San José Tecoh en el sur de Mérida. Sin embargo, ante las acciones tomadas por la Secretaría de Seguridad Pública fueron desapareciendo hasta en convertirse en “grupos de vándalos”.

Actualmente, el pandillerismo se ha trasladado al interior del Estado, principalmente en seis municipios, lo que obligó a las autoridades de esas localidades a solicitar el apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública para enfrentarlos.

De acuerdo con un mapeo realizado por las autoridades policiacas, se advierte la presencia de unas 100 pandillas y se dice que hay más de mil jóvenes, entre mexicanos e incluso algunos centroamericanos, en los municipios de Tekax, Ticul, Oxkutzcab, Tzucacab, Santa Elena y Peto.

 

De acuerdo con un mapeo realizado por las autoridades policiacas, se advierte la presencia de unas 100 pandillas en los municipios de Tekax, Ticul, Oxkutzcab, Tzucacab, Santa Elena y Peto. (Foto: Novedades Yucatán)

Las más violentas

Las pandillas más violentas están en Oxkutzcab, y son identificadas como los “Pablines”, “Romeros”, “Pelones”, “Canarios”, “Galdinos” y “Sur 13”, que operan en las colonias Esperanza, Mejorada, Venustiano Carranza y San Esteban, de esa comunidad.

Un factor importante es el alto flujo de jóvenes de esas comunidades que migran ilegalmente a Estados Unidos, ya que muchos se involucran con pandillas en ese país, y al regresar a sus poblaciones de origen forman sus propias bandas, que cada vez son más violentas y tienen vínculos con narcomenudistas.

Por ello, los enfrentamientos con las pandillas ya no es solo por “proteger sus territorios”, sino que lo hacen por expandir sus puntos de venta de droga al menudeo, incluso en poblaciones cercanas, por lo que las disputan son más sangrientas e incluso fatales.

De acuerdo con la información obtenida, la expansión de las bandas de Oxkutzcab propician riñas con las pandillas de Ticul, que también son lideradas por gente que regresó de Estados Unidos, de modo que las policías municipales establecen desde hace algún tiempo retenes en las entradas a estas poblaciones para impedir el acceso de los pandilleros.

Los ilícitos más comunes cometidos por los pandilleros son daño en propiedad ajena, robos y lesiones, por lo que a pesar de que son detenidos por la Policía Municipal y turnados al Ministerio Público, pueden obtener su libertad al reparar el daño a las víctimas.

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