Pedro Tzuc/Agencia Reforma
MÉRIDA, Yucatán.- En menos tiempo de lo previsto, el Pez León ingresó a aguas del Golfo de México y se convirtió en una amenaza para los ecosistemas de la región.

Desde su primer avistamiento en aguas de Cozumel, en enero de 2009, el vertebrado se extendió a todo el litoral de Quintana Roo, y para diciembre de ese mismo año se le ubicó al norte de la Península de Yucatán.

El 11 de julio de 2010, expertos del Departamento de Biología Marina del Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CCBA) de la Universidad Autónoma de Yucatán registraron al primer ejemplar en el Parque Marino Nacional Arrecife Alacranes.

Año y medio después se documentó que el invasor había comenzado a desplazar y a poner en riesgo a especies pesqueras de importancia económica, ecológica y social.

Una tesis sobre ese tema, presentada a finales de 2011, encendió focos rojos.

"Los datos nos dicen que la invasión a Alacranes ya es avanzada, o sea, ya pasó todos los niveles", alertó el profesor investigador Armín Tuz Sulub.

Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), los niveles para determinar el grado de invasión son 4: temprana, inicial, media y avanzada.

"Nosotros ya estamos hasta el tope; hoy en día Alacranes ya está invadido por el Pez León", describió.

REFORMA publicó el 15 de marzo de 2010 que desde su liberación al medio natural, de forma accidental o voluntaria en Florida en 1992, el "Pterois sp" (su nombre científico) avanzó a Las Carolinas, Connecticut, Bermuda, Las Bahamas, Las Antillas Mayores y Menores, Honduras, Belice y luego al Caribe Mexicano.

Arrecife Alacranes es Área Natural Protegida incorporada en 2006 a la Red Mundial de Reservas de Biósfera del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la Unesco, y también se encuentra inscrito desde 2008 como parte contratante ante la Convención Ramsar que busca preservar humedales de importancia mundial.

Impacto inevitable

Para Tuz Sulub, el Pez León  tendrá inevitable impacto en las poblaciones de especies de gran valor comercial.

"No hay que ser alarmistas. La naturaleza va a buscar su equilibrio, pero desafortunadamente este animal es depredador, por lo tanto, sabemos que el impacto va a ser a un nivel pesquero y, por lo tanto, sabemos que los efectos de esta causa van a ser a nivel socioeconómico de los pescadores.

"A mediano y largo plazos, ten por seguro que en unos 4 u 8 años ya los pescadores van a empezar a tener problemas", vaticinó.

A la fecha, en los 5 islotes que conforman Arrecife Alacranes, especialistas del CCBA de la UADY trabajan con un grupo de 20 buzos langosteros para extraer al pez, dado que al animal no se le puede capturar con anzuelo, ni tampoco con redes pesqueras.

Algunos estudios demuestran que la langosta es la que mayor peligro enfrenta, aunque también los pargos y abadejos.

"Hoy en día tenemos reportes de que, en lugar de langosta, el Pez León ya ocupó los nichos... La langosta no entra, se va, sigue caminando.

"Definitivamente es una amenaza. Sabemos que va a causar un desequilibrio ecológico, esto es real. No hay que ser alarmistas de decir: se va a acabar todo, no, no, no. Va a causar un desequilibrio", acotó.