'Ayudar no es trabajo, es una oportunidad'

El fundador de Hogares Juveniles y Vifac, Luis Alfonso Rodríguez Campos, está convencido que en el dar está la abundancia.

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Luis Alfonso Rodríguez ha dirigido su vida en la brecha del servicio, en el enfoque social. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- “El poder, de poder servir, puede volverse adictivo”. “Ayudar no es trabajo, es una oportunidad”. “Hay que sumarse, hay mucho por hacer”. “Cuando se trabaja para los demás los beneficios llegan solos”, son ideas que forman parte del discurso cotidiano de Luis Alfonso Rodríguez Campos, empresario de enfoque social que dirige su vida en la brecha del servicio.

Convencido que en el dar está la abundancia, se ha desarrollado en diferentes ámbitos luchando con el principal reto de quien lidera causas a favor de sectores vulnerables: ser congruente.

En amena charla, reveló que como el alimento, el ejercicio de examen de conciencia forma parte de sus días, porque considera necesario cuestionarse qué se ha aportado con las horas de vida que se tienen y cuáles son las motivaciones detrás del servicio, para no caer en la tentación del reconocimiento personal, por encima del bien común.  

Actualmente, dirige una empresa y en su lista de aportaciones destaca la fundación de Vida y Familia A.C. (Vifac) y Hogares juveniles

La aptitud por el servicio se aprende y se desarrolla 

“Soy la suma de todo. En la familia me enseñaron a servir, soy católico en continua conversión, me gusta seguir aprendiendo y la Iglesia Católica me enseña a servir; cuando uno empieza a servir y comienza a sentir el poder, de poder ayudar, esa sensación puede volverse adictiva”, expresa.

Scout de niños con cargos como subjefe de tropa y guía de patrulla, joven participativo y universitario inquieto involucrado en diversas causas, aprendió a ser activo, dedicado a su crecimiento, pero también en el beneficio de los demás.

“En la universidad ya estaba metido en muchas actividades, recuerdo que tenía amigos que cuando yo tenía un evento ellos se quedaban viendo una película, regresaba y me cambiaba de ropa para seguir a otro compromiso y ellos seguían viendo la película; a veces yo hacía dos o tres cosas mientras otra persona se la pasaba viendo televisión.

Me acostumbré a estar activo, no buscando mi beneficio, porque aprendí que cuando uno trabaja para los demás los beneficios llegan solos, son bendiciones. Me es difícil decir que no cuando te piden algo. Eso no es trabajo, no es problema, porque ayudar es una oportunidad, mal haríamos en no tomarla”, reitera.

El poder de uno, el poder de todos

Ágil en sus palabras y claro en sus ideas, Luis Alfonso comparte sus ideales con tanto ahínco que resulta casi imposible ser indiferente ante lo que dice y hace, por eso ha logrado liderar causas; sin embargo, el camino no siempre es llano.

“Yo creo en el poder de uno. Me viene a la mente el ciudadano chino en la plaza de Tiananmen que detiene a una fila de tanques de guerra; todos tenemos ese poder sólo que no nos damos cuenta”, apunta.

Recuerda que cuando inició Hogares Juveniles A. C. un grupo de jóvenes se unieron a la causa, él tenía 30 años, era el mayor y el más comprometido. Aquella ocasión lograron que el Arzobispo bendijera la primera piedra y los sentenció a lograr la última.

En el camino los integrantes del equipo abandonaron el barco, pero la misión la terminó. El Arzobispo regresó a bendecir la obra y en el evento una de las desertoras se disculpó con lágrimas en los ojos por no haber continuado, él aceptó sus disculpas y le pidió ayuda, pero aquélla no volvió.

No obstante, la obra reforzó su tenacidad por los proyectos de vida que no se detenían por la falta de compromiso de otros. 

“Hasta para ayudar hay que prepararnos, porque se pueden cometer errores al hacer las cosas sólo para que te reconozcan, para el lucimiento personal o para que te den las gracias, cuando el verdadero sentir debe ser analizado permanentemente. Desde que empieza el día pienso qué voy a hacer con estas horas que Dios me ha regalado, y al terminar el día hago un examen de conciencia para saber si estoy haciendo lo que Él quiere de mí, se dice fácil, pero hay que hacerlo a profundidad y hacerlo difícil, el juzgarse a uno mismo y encontrar las verdaderas razones por lo que uno hace las cosas”, abundó. 

Proyectos: nada es coincidencia, todo es providencia

Hombre de fe, está convencido que los talentos, hablando en términos religiosos, hay que usarlos para el bien común. Con esta premisa aceptó, junto con un grupo de personas, el reto de fundar Vifac Yucatán, al igual que Hogares Juveniles.

Encabeza pláticas para jóvenes con el fin de invitarlos a trazar su plan de vida, realiza apostolados para entregar sillas de ruedas y recursos a personas de zonas marginadas, se integró a organismos sobre seguridad pública y cultura.

“Los que hacen sacrificios para ayudar son verdaderos héroes, en lo personal no soy un héroe, soy una persona que tiene talentos y oportunidades para dar y hay que hacerlo hasta que duela, como dice la Madre Teresa de Calcuta, si no nos duele, no estamos dando. La gente más feliz del planeta es la gente que más da, comprobado, porque están desapegados a las cosas materiales, no les preocupa”, afirma.

Hablar con hechos no con palabras

Como alguien que encabeza diversas causas, admite que el reto diario es la congruencia, porque valen más los hechos que las palabras.

“Hay gente que te invita a negocios negativos, y uno debe decir no, aunque hayamos dejado de vender. Cuando uno está sacando adelante una empresa en la que dependen muchas familias, es difícil, pero decimos que no”.

Luis Alfonso aprovecha el espacio para que su historia, más que una exposición de acciones, sea una invitación a actuar, porque organizaciones como Vifac, Hogares Juveniles y personas con discapacidad, necesitan ayuda permanente.

“Hay mucha corriente en contra. Hoy prefieren matar a los bebés que darles la vida, eso no puede ser. Hoy es más fácil decidir en mi escala de valores, irme a tomar los tragos cuando tengo 20 años de edad, tengo toda la fuerza para ayudar a mucha gente, que dar una hora de mi vida al mes o al año.

"Es más fácil ir con todos, que caminar por mi propio lado, en lo que es congruente, lo que creo, lo que es bueno. Es más fácil desperdiciar la vida que aprovecharla y si tenemos suerte nuestro último examen de conciencia será en el lecho de muerte y podré irme feliz, serví”, dice como epílogo de lo que significa su vida y cada proyecto, porque “el poder, de poder servir, puede volverse adictivo”.

Perfil
  • Luis Alfonso Rodríguez Campos. 
  • Fecha de nacimiento: 18 de abril de 1960. 
Trayectoria
  • Presidente del Patronato de Hogares Juveniles.
  • Miembro del consejo fundador de Vida y Familia A. C. (Vifac).
  • Coordinador de la Comisión Nacional de Seguridad Pública de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra).
  • Miembro del Patronato de la Asociación Cultura Yucatán. 
  • Presidente de la Asociación Nacional de Consejos de Participación Cívica en Yucatán; organiza el I Foro Mundial de Comunidad Segura en octubre de este año.
  • Integrante de equipos de ayuda a comunidades del oriente del Estado en construcción  de obras y hacer llegar beneficios a esa zona.
  • Apostolado de entrega de sillas de ruedas.
  • Trabajo para la creación de su plan de vida con jóvenes del Instituto de Desarrollo Empresarial (IDE).

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