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En la conferencia matutina del 31 de octubre pasado, por orden del presidente Andrés Manuel López Obrador, el titular de la Sedena, general Luis Cresencio Sandoval, reveló que el responsable del fallido operativo para capturar a Ovidio Guzmán, el 17 del mismo mes en Culiacán, fue el coronel de caballería Juan José Verde Montes, y la misión la realizó el Grupo de Información y Análisis de Información Narcotráfico (GAIN), grupo de élite “cazacapos”.

Al día siguiente, al darse cuenta del terrible error, el presidente dijo que no había sido Verde Montes y no se daría a conocer el nombre del “verdadero” responsable. Pero, el daño ya estaba hecho, y no se necesita ser experto para dimensionar la gravedad de esa revelación. Al respecto, el 28 de febrero de 2014, publicamos en estos Acaecimientos lo siguiente:

“Lo más seguro es que no los conozcamos. Ellos tampoco podrán presumir. Quizás ni a sus familias se lo confíen. Tal vez un reconocimiento muy privado del alto mando de la Armada y, quizá, el saludo del presidente. Paradójicamente, los infantes de Marina que capturaron en Mazatlán a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, no verán un peso de los 30 millones que la PGR ofrecía, menos un dólar de los 5 millones que puso Estados Unidos por el narcotraficante más buscado del mundo.

“Por seguridad propia, su identidad será resguardada. Dudo incluso que sus nombres sean mencionados en las órdenes generales de las unidades y dependencias de la Marina para ser saludados con los honores de ordenanza, como se acostumbra en otros casos.

Lo más seguro es un ascenso, una condecoración y… aunque suene a cliché, la satisfacción del deber cumplido, que no es menos, pues para los infantes -varios años estuve encuadrado en compañías de IM- esto es muy importante ya que se consideran, y lo son, un cuerpo de élite dentro de la Armada de México.

“Ese procedimiento no es nuevo. A principios de los años 70, un joven tercer maestre (sargento segundo) al mando de un destacamento de marinos en Isla Pérez, Yucatán, detuvo a unos narcotraficantes con un cargamento de droga.

En recompensa, fue ascendido a oficial (se saltó un grado) y enviado a la escuela Escala de Mar en Veracruz como oficial-alumno. Llegó a ser comandante de compañías de Infantería de Marina y se retiró tras una impecable carrera de más de 30 años, con el grado de capitán de corbeta de Infantería de Marina.

El protagonista reside en la ciudad de Mérida.

“Regresando a la captura de El Chapo Guzmán, este logro de la Armada, reconocido por el presidente Enrique Peña Nieto, el secretario de la Defensa y una gran mayoría de la ciudadanía, deja en claro que nunca como ahora la Armada y el Ejército -junto con otras fuerzas federales- operan en forma coordinada por un objetivo común: la seguridad de la nación. “Por eso, aunque no lo parezca, la recompensa es lo de menos”.

AMLO también dijo que en caso de que el coronel requiera protección se la brindarán. Nos preguntamos qué habrá dicho este mando.

Anexo "1"

Los logros

Con la detención, el 22 de febrero, de 2014, de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, la Armada de México coronaba una serie éxitos en la lucha contra el narcotráfico.

Destacan el abatimiento de los capos Arturo Beltrán Leyva alias El Barbas (en Morelos); Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, y Heriberto Lazcano Lazcano, El Lazca (en Coahuila).

Asimismo,  el arresto de El Z-40, Miguel Ángel Treviño Morales, en julio de 2013, donde, como en la captura de El Chapo, tampoco se hizo un solo disparo.

Hoy, a casi un año de la administración lopezobradorista, el balance es negativo en seguridad.

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