Se forja en la familia la cultura por la vida

El Dr. Arsenio Rosado Franco dijo que se trabaja en un modelo denominado “Código 7”, probado en Europa y adecuado a Yucatán, para prevenir la muerte autoinfligida

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El Dr. Arsenio Rosado Franco, Aseret Gutiérrez, Alis García Gamboa y el Dr. Salvador González Gutiérrez, durante la transmisión del programa. (Jorge Acosta/Novedades Yucatán)
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William Sierra /Mérida
Nunca hay que dejar de hacer caso cualquier idea que manifieste la intención de un suicidio, debemos escucharlas sin cuestionar, buscando posteriormente la ayuda profesional necesaria, coincidieron en señalar los doctores Arsenio Rosado Franco y Salvador González Gutiérrez, durante el programa radiofónico Salvemos una Vida, que se transmite los viernes de 11:00 a 12:00 horas por AMOR 100.1 de Grupo SIPSE.

Ayer, tuvieron como anfitriona a Alis García, fundadora de Salvemos una Vida, acompañada de la joven conductora Aseret Gutiérrez, y se mencionó que 2018 fue un año en el que hubo muchos suicidios: 246.

Al respecto, el Dr. Rosado, director del Instituto de Salud Mental del Estado, indicó que el suicidio en Yucatán es un fenómeno complejo, con muchas aristas: psicológico, social, médico y psiquiátrico. “Es un fenómeno multicultural que tiene muchas variables y causales”, dijo.

Desde el punto de vista de salud, mencionó que un porcentaje alto de pacientes con tendencias suicidas padecen un trastorno mental. “Se ha trabajado mucho con el suicidio consumado, pero lo que no se ha hecho bastante y es lo que precisamente se está realizando, es sobre el intento suicida e ideación suicida. Hemos visto, a través de los años, que aunque se den terapias, si no hay un seguimiento el paciente lo va a repetir”, expresó.

Abundó que “muchas veces, por las condiciones del paciente, ya sea drogas o depresión, deja de acudir. Es por eso que estamos trabajando en un modelo, denominado ‘Código 7’, probado ya en Europa, adecuado a las necesidades de Yucatán”, apuntó.

El invitado explicó que este plan piloto se ha implementado en el hospital Agustín O’Horán y el Psiquiátrico, y próximamente en Valladolid, hasta que se expanda a todos los centros de salud.

“Hay que manejar esto no solo desde el intento, sino también desde la ideación, porque de cada suicidio consumado hay 25 intentos, y de estos 25 hay como 200 con esa idea”, apuntó.

Recordó que, de acuerdo con estadísticas del Inegi, un millón de personas en México intentará quitarse la vida, y en Yucatán serán unos 98 mil con esa intención, por lo que hay que trabajar en esas ideas desde el punto de vista médico y educativo. “Hay muchas personas que empiezan diciendo que se quieren morir, que la vida no vale la pena; ya desde ahí comienza esa ideación suicida”, subrayó.

El doctor Rosado Franco enfatizó que el suicidio es prevenible y es un tema que no se debe de esconder, hay que tratarlo, incluso mencionó que cuando se dan estos intentos es necesario atenderlo de inmediato.

Respecto al Instituto de Salud mental del Estado, dijo que tiene apenas unos meses de haberse formado, y cuenta con una subdirección que se convertirá en un instituto, cuya función, de acuerdo con la ley de Salud Mental de Yucatán, contará con programas de prevención, atención y rehabilitación.

"Tenemos una plática especializada para los jóvenes, enfatizando que vale la pena vivir la vida”

“Hoy en día los programas prioritarios son prevención, el cual se está desarrollando, y adicciones. De hecho, el nuevo modelo federal va a juntar adicciones y salud mental. También los centros de Salud deberán contar con atención psiquiátrica”, señaló.

El funcionario manifestó que hay un programa denominado “Capa Bojórquez”, en el fraccionamiento Yucalpetén, que viene siendo un centro de atención primaria, donde cada mes se abre un grupo para adicciones, sin internado, y tiene una duración de tres meses, en el que, además de tener la terapia psicológica y de grupo, posee tres vertientes nuevas: la atención psiquiátrica, la terapia psicoeducativa y la psicoeducación.

También mencionó que el otro proceso que están viendo, y que es tardado, es que todo lo que se realice se tenga que protocolizar, es decir, registrarlo por escrito.

A su vez, el doctor Salvador González, encargado de toda la parte del suicidio del nuevo organismo, señaló que lo que buscan como instituto es utilizar todos los mecanismos de asistencia y prevención que se estén realizando en el mundo, basados en las experiencias positivas.

“Lo importante es la coordinación y unificación de acciones a nivel institucional para que todos trabajemos bajo un mismo modelo”, señaló y añadió que los programas serán evaluados para saber si es correcto lo que se hace.

Al contestar una pregunta de Aseret, el Dr. González dijo que a cualquier idea suicida hay que escucharla, pues el simple hecho de que la persona se sienta escuchada baja los niveles de desesperanza, angustia. “Nunca, nunca hay que cuestionar o estigmatizar (a la persona). Hay que escuchar, no golpear; hacerle sentir que estamos con él ofreciéndole amor. Aquí la familia juega un papel importante”, recalcó.

El Dr. Rosado reiteró que es importante no dejar nunca de lado cualquier ideación suicida, y escuchar sin juzgar, y si no se tiene la capacidad de hacer algo, entonces acompañar a la persona con un profesional para que detecte las causales.

“El indicador más fuerte del suicidio es la desesperanza. Todo problema tiene una solución, aunque tu visión negativa no te lo deje ver. Es más, hay que ver que el suicidio es un final a problemas temporales”, añadió y mencionó que muchas veces el detonante de un suicidio son problemas familiares.

El Dr. Salvador Rodríguez dijo que en Yucatán se está promoviendo un programa de cultura hacia la vida, en el que se impulsa el diálogo en la familia, la escuela o cualquier otro lugar, lo cual facilita superar cualquier conflicto.

“Tenemos una plática especializada para los jóvenes, enfatizando que vale la pena vivir la vida”, señaló, tras mencionar que en nuestra juventud el índice de suicidios no es tan alto, pues de los 246 casos que se tuvo el año pasado, siete fueron de jóvenes.

“Como adultos tenemos que enterarnos de qué está pasando en la actualidad, a qué se están enfrentando los niños y jóvenes, y que estos últimos entiendan que hay muchos caminos para resolver los problemas”, añadió el especialista.

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