Jaime Tetzpa/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El saqueo de piezas arqueológicas en el Estado es una práctica cotidiana, debido a la cantidad de edificaciones prehispánicas que abundan en la entidad y que se encuentran sin vigilancia. Quienes comercian con estos vestigios saben que los precios son elevados.

Ante el gran valor monetario que alcanzan, incluso se ha detectado que existe un comercio de réplicas, lo cual representa un fraude para quienes las adquieren para sus colecciones privadas.

El mercado negro de las piezas arqueológicas no sólo se da en Europa, Centroamérica o Estados Unidos, en México hay quienes se especializan en el tráfico de figurillas o vasijas por las que obtienen una buena cantidad de dinero, que es mayor si las piezas son policromadas o contienen glifos, señalaron expertos que pidieron el anonimato.

También señalan que los compradores de piezas arqueológicas corren el riesgo de ser víctimas de fraude, pues arqueólogos poco experimentados en ocasiones confunden una pieza auténtica, ante lo bien elaboradas que están.

“Esto nos lleva a pensar que en las colecciones privadas puede haber muchas réplicas, que obviamente se hicieron pasar como auténticas para que tengan un valor elevado, pero son sólo imitaciones casi perfectas”, indica el arqueólogo Cristian Hernández González.

Uno de los municipios en donde se realizan réplicas “casi perfectas” es Ticul; incluso, se sabe que algunas imitaciones son enterradas por un tiempo para que adquieran la textura como si fueran auténticas.

Hernández González señala que los montículos que representan edificaciones prehispánicas se encuentran a pie de carretera y, por tanto, basta con tomar cualquier fragmento de alguna vasija, lo que representa un interesante material de estudio e investigación para los especialistas.

“Si una persona se dedica a excavar podría sustraer alguna pieza de mayor valor. Claro, siempre y cuando la encontrara”, mencionó.