Óscar Chan/ Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Desde este jueves, tres mil 342 escuelas de educación básica en el Estado empezaron a suspender clases de forma gradual, en un tiempo que será aprovechado por los docentes para definir el programa “Acuerdos Aprender a Convivir” (AAC), que se implementa en el nuevo modelo educativo y cuyo objetivo principal se basa en contribuir a formar ciudadanos libres, responsables e informados, que puedan vivir en plenitud en la sociedad actual.

La Secretaría Estatal de Educación (Segey) informó que para afinar los detalles del AAC se dividió al Estado en 10 zonas diferentes, en las que a través de fechas ya definidas, se realizan sesiones extraordinarias de consejo técnico con directores, maestros y algunos padres de familia, quienes son los encargados de definir el tipo de acciones que se realizarán.

Datos de la dependencia estatal indican que la primera fecha de suspensión de clases fue ayer en la región Hunucmá-Mérida1, donde preescolares, primarias, de educación indígena, educación especial y secundarias sostuvieron reuniones extraordinarias para abordar el tema.

Este viernes, los colegios que suspendieron actividades son los que conforman la zona Maxcanú-Mérida2, mientras que el lunes lo harán los planteles que integran la región Izamal-Mérida3, por lo que esos días los alumnos no tendrán clases.

Sobre el tema, la secretaría informó que la suspensión de clases se dará de manera gradual y dependiendo de una tabla, en la que se ubican las zonas del Estado, donde maestros y directores se reunirán para definir el tipo de actividades dentro del AAC.

Aclaró que el trabajo en los colectivos docentes se respetará de acuerdo con la gráfica donde se definieron dos jornadas completas en una misma sede (una este mes y otra en junio), la cual fue aprobada por el supervisor de zona con sus respectivos directores

Según datos de la Segey, los “Acuerdos Aprender a Convivir” se enmarcan en dos ejes del nuevo modelo educativo, los cuales son “planteamiento curricular” e “inclusión y equidad”.

En el primero, la escuela da cabida a la autorregulación cognitiva y moral para promover el desarrollo del conocimiento y de la convivencia, mientras que los docentes y directivos propician un ambiente de aprendizaje seguro, cordial, acogedor, colaborativo y estimulante, en el que cada niño o joven sea valorado y se sienta seguro y libre.

En la segunda, la Segey puntualizó que se pretende lograr que todos los estudiantes, sin importar su género, origen étnico, cultural o condición de discapacidad, tengan una educación de calidad y desarrollen su máximo potencial.