Turistas se quedan con ganas de comer tacos de cochinita

Ambiente de fiesta en Progreso por la llegada a media semana del crucero de lujo Carnival Triumph.

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Los hermanos Aaron y Kenneth, acompañados del niño Colton, durante la encuesta que les hizo una joven progreseña. (Manuel Pool/SIPSE)
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Manuel Pool/SIPSE
PROGRESO, Yuc.- Un ambiente festivo se vivió ayer en el malecón de Progreso, pues a pesar de que cada vez es menor la cantidad de visitantes nacionales que llegan al puerto debido al ya muy cercano regreso a clases, ayer los pasajeros del Carnival Triumph dieron color a la jornada que se caracterizó literalmente por un cálido ambiente.

De acuerdo con el reporte de la Dirección de Recaudación, Fiscal, Mercados y Turismo, la lujosa embarcación arribó procedente de Galveston a las 7:13 horas a la terminal de cruceros, trayendo a bordo a 3 mil 416 paseantes, de los cuales una buena parte adquirió tours para visitar la capital del estado o zonas arqueológicas cercanas, mientras que otros se trasladaron al balneario del Issstey, donde disfrutaron de playas privadas.

Los que se quedaron recorrieron con tranquilidad las calles aledañas al mercado, la Casa de la Cultura e inclusive algunos subieron a un camión de dos pisos que los llevó a dar una vuelta por la Plaza Independencia y conocer un poco más de la historia de algunos inmuebles representativos de la ciudad, como la Casa del Pastel.  

En medio del ambiente de fiesta, como lo han venido haciendo desde hace unos meses, encuestadores de la dependencia se dieron a la tarea de platicar con los visitantes para conocer su opinión acerca de la calidad de los servicios e infraestructura del puerto. Según se informó, a la fecha se han levantado más de tres mil cuestionarios.

Sólo probaron pescado

Los hermanos Aaron y Kenneth dijeron que Progreso les parece un lugar muy agradable, pero que se quedaron con ganas de comer tacos de cochinita de los que ya les habían hablado. “Solo hemos probado pescado”, dijó amablememte Aaron, quien dijo vive en Houston, Texas.  

Los vendedores de artesanías y otros prestadores de servicios manifestaron una mejoría en sus ingresos, especialmente los que se ubican en los alrededores del monumento a Juan Miguel Castro. 

A manera de ejemplo, los paseos en banana que se ofrecían a precios que fluctuaron de cinco a ocho dólares por vuelta, fueron de lo más demandado.

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