Uady: Urge mejorar la calidad de los alimentos

Ante la necesidad de conseguir grandes cantidades de productos, algunas empresas emplean métodos riesgosos, lo que puede afectar a la gente, el medio ambiente y el suelo, advierten investigadores de la universidad

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En México se permite el uso de herbicidas, debido a que no existe un marco legal para su prohibición.
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Patricia Itzá/Mérida
Debido al crecimiento de la población, cada vez es mayor la necesidad de producir alimentos, pero la forma en cómo las empresas lo logran conlleva algunas consecuencias negativas para la gente, el medio ambiente y el suelo, advierten especialistas.

“La necesidad de producir grandes cantidades de carne, leche, huevo y cereales ocasiona un uso excesivo de agroquímicos, principalmente de fertilizantes, hormonas y nitrógeno, lo que implica que muchas veces se desencadenen enfermedades, como el cáncer, incluso nuevos males que son más resistentes a los medicamentos”, señaló el investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), Francisco Solorio Sánchez.

El experto indicó que este tipo de modificaciones a los productos para que se obtenga más rápido el alimento se da principalmente en el ganado, pollo y cerdo, que son los de mayor consumo, “a todos se les aplican cantidades enormes de antibióticos y hormonas del crecimiento”.

Explicó que también hay casos en los que el empaque de los cárnicos dice que no se le aplicó ningún tipo de medicamentos, pero muchas veces las vacas fueron alimentadas con soya transgénica, lo que implica los mismos riesgos para la salud, “no importa que hayan sido inyectadas o no”.

“Cumplen con una parte, pero no el ciclo sano para obtener alimentos de calidad; este problema no solo se da con los animales, también en la producción de maíz, soya, hortalizas y frutas, a las que se les aplica una cantidad importante de insecticida y agroquímicos, que a la vez consumen los humanos”, detalló.

En la medida que la producción se base en alternativas agroecológicas, se dependerá menos de las “malas prácticas” adoptadas desde hace años, indicó.

El también profesor de la Licenciatura de Agroecología señaló que los productores utilizan herbicidas que en Estados Unidos están prohibidos, pero en México se permiten, debido a que no existe un marco legal para su prohibición.

“Es una cadena mortal, ya que los herbicidas se mantienen latentes en el pasto, después llega el animal y lo come, lo pasa en la leche, alimento que consume el ser humano, por lo que el producto de la mayoría de las marcas de este tipo de líquido está contaminado, esto es una de las consecuencias negativas para tratar de incrementar la producción de alimentos”, subrayó.

Otro de los problemas que se debe enfrentar es la dotación de nitrógeno a las plantas, ya que para sembrar se necesita de enormes cantidades, pero debido a las características del suelo de la entidad, que posee poco, se tiene que procesar químicamente.

“Esta práctica se realiza de manera incorrecta en el Estado, ya que la forma no es adecuada ni las cantidades utilizadas; la planta absorbe una mínima cantidad de lo que se aplica y lo demás se va al suelo, lo que se traduce en contaminación. Un ejemplo es que el maíz requiere 120 kilos de nitrógeno por hectárea al año, pero de esa cantidad solo se aprovecha el 40 por ciento”, apuntó.

Ante esta situación, diversas instituciones académicas y de gobierno incentivan nuevas prácticas agroecológicas, incluso en las ciudades, con el fin de depender más de los recursos naturales para producir alimentos.

“En el caso de la ganadería, un modelo que se rescata es que los animales onsuman forrajes naturales; Yucatán tiene un número importante de arbustivas nativas que pueden contribuir de forma importante a la alimentación”, consideró.

Con estos sistemas se busca que no se dependa de productos químicos; el maíz y la soya demandan mucho herbicida, insecticida y fertilizantes que se quedan en el grano.

Para que se tenga una alimentación de calidad, investigadores de la Uady, a través de la Facultad de Veterinaria, desarrollaron hace varios años el sistema silvopastoril, que se impulsa de manera comercial. “Es la forma más conveniente de tener alimentos sanos y saludables, en términos de leche y carne, porque los animales no requieren grandes cantidades de concentrados de maíz o soya; se tendrá que recurrir a la diversidad de plantas, como el ramón, tzalam y jabín”, indicó.

El sistema silvopastoril integra la producción de pasturas, forrajes, arbustivas y arbóreas, de tal forma que se genere interacción entre ellas, para que se tenga un beneficio mutuo para incrementar la calidad de suelo y, como consecuencia, también el alimento que se le brinde al animal.

Explicó que la ganadería tradicional se produce con carencia casi absoluta de árboles, lo cual se ha adoptado desde hace muchos años y es la forma de producir leche y carne, pero no es la mejor opción, por lo que se tienen que reconvertir esos paisajes ganaderos degradados, ya que existe una dependencia importante de insumos, como fertilizantes y agroquímicos.

“El ambiente se contamina porque los animales expulsan elevadas cantidades de metano y la calidad de los alimentos es baja, por lo que si se implementa este nuevo sistema (silvopastoril), todo se modifica”, argumentó.

Se trata, dijo, de un conjunto de elementos para dar un beneficio, el pasto proporciona mucha energía, la cual requiere el ganado, pero los árboles y arbustos tienen proteína y son un complemento que ayudan a mejorar el bienestar del animal.
Con este método, además, se reducen los costos entre un 15 y 35 por ciento de la inversión en la alimentación de los animales.

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