Recorte presupuestal, difícil prueba para la Uady

La disminución de dinero impacta de manera negativa en la operatividad de las universidades, por lo que han tenido que implementar programas de austeridad

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A finales de 2018 la Uady solicitó un propuesto para ejercer en 2019, el cual estuvo basado en una propuesta de dos mil 557 mdp. (Archivo/Novedades Yucatán)
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Óscar Chan/Mérida
El recorte de recursos que el Gobierno Federal implementó este año para las Instituciones de Educación Superior (IES) ha impactado de manera negativa en la operatividad de algunas universidades de Yucatán, cuyas directivas han tenido que implementar programas de austeridad y la posibilidad de generar recursos propios para arrancar el segundo semestre del año y no afectar la educación de miles de jóvenes.

Entre los casos más relevantes se encuentra la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), la cual depende en alrededor del 90 por ciento de presupuesto federal y en un cinco por ciento de los recursos que destina el Gobierno Estatal para ofrecer educación de nivel media superior y superior a más de 26 mil jóvenes.

Como se sabe, a finales de 2018 la Uady solicitó un propuesto para ejercer en 2019, el cual estuvo basado en una propuesta de dos mil 557 millones de pesos, de los cuales el 89 por ciento aportaría el Gobierno Federal, y el 11 por ciento restante el Gobierno del Estado.

No obstante, a principios de año, cuando los recursos de la Federación y de la administración estatal comenzaron a fluir, la Dirección de Finanzas y Administración de la Uady tuvo que realizar un reajuste, con lo que el presupuesto quedó en dos mil 189 millones 96 mil pesos.

El director de Finanzas y Administración de la Uady, Manuel Escoffié Aguilar, recordó que del recurso federal se obtuvo cerca de 85 millones de pesos menos de lo propuesto, mientras que a nivel estatal fueron alrededor de 24 millones de pesos menos.

“Eso nos dejó con un presupuesto limitado de recursos proyectado para diciembre; tratamos de ver cómo nos alcanzará para darle frente a los compromisos, pues estamos ante una circunstancia en la que tenemos que tomar medidas mayores, incluso más extremas a las del plan de austeridad”, advirtió.

En entrevista, Escoffié Aguilar remarcó que si bien los recursos que fueron autorizados han llegado en tiempo y forma, lo que preocupa a la universidad son las reducciones de las participaciones, las cuales incluso han puesto en riesgo varias obras de infraestructura.

Ante este panorama de reducciones, consideró que la elaboración del presupuesto de 2020 tendrá que tomar en cuenta las circunstancias del entorno nacional actual, pues no solo se han quitado recursos a las universidades, sino a otros centros de investigación y laboratorios.

Además, mencionó que la Uady arrastra un incremento salarial del 3.35 por ciento a cada trabajador, el cual se aprobó desde inicios de 2019, pero los recursos no han comenzado a fluir, ya que no los ha liberado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) del Gobierno Federal, pero la universidad ha pagado desde enero y ya suman 55 millones de pesos.

Recordó que en la casa de estudios laboran unos tres mil 400 personas, entre académicos, administrativos y manuales, que trabajan en 13 facultades, agrupadas en cinco campus y tres preparatorias, a quienes se les ha pagado dicho aumento, aunque los recursos federales de esa partida todavía no llegan.

“Todavía no hemos recibido ningún centavo del incremento salarial, ya hicimos gestiones ante la Federación para que nos indiquen cuándo nos llegarán esas partidas, pues llevamos casi medio año pagando el aumento de salarios por nuestra cuenta”, advirtió.

No descartó que en el peor de los escenarios, la universidad incremente el costo de los servicios educativos que se ofrecen a los estudiantes, los cuales se han mantenido “congelados” desde hace varios años.

Además, Escoffié Aguilar aclaró que la circunstancia financiera de la Uady no le permite solicitar créditos para afrontar este recorte, por lo que han tenido que buscar alternativas de ahorro que “ajusten el cinturón financiero”.

Respecto a las obras, señaló que este 2019 solo se cuentan con recursos para desarrollar la fabricación de un auditorio del campus de Ciencias Sociales, la conclusión de la ampliación de la biblioteca de la Facultad de Medicina Veterinaria y la construcción de dos aulas en la Uabic, ello con un recurso de 21.5 millones de pesos.

Del resto, las obras que están pendientes “se quedarán como están”, por lo que todos los proyectos de traslado de estudiantes y demás obras tendrán que esperar hasta el siguiente año.

UTM optimiza recursos

En medio de un entorno presupuestal difícil, en el que se han presentado recortes a las Instituciones de Educación Superior (IES) por parte de los gobiernos Federal y estatal, la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTM) buscará optimizar más los recursos para pagar los adeudos a proveedores que se quedaron pendientes en la administración anterior.

Al respecto, el rector de la UTM, Mauricio Cámara Leal, recordó que a la par de todas las instancias y dependencias del Gobierno del Estado, se realiza un plan de austeridad para “hacer más con menos” y que los recursos alcancen para mejorar la formación de los profesionales.

En ese sentido, compartió que en esta universidad se ha reestructurado toda la deuda que se dejó, optimizando los recursos energéticos, apagando las luces y los aires acondicionados cuando no sea necesario, incluso ahorrando agua potable.

“La UTM hace todo lo posible para no tener contratiempos financieros este año”, indicó.

Cámara Leal explicó que por las deudas que dejó la administración anterior y que se arrastraron a este año, varias instancias y proveedores han reclamado el pago de lo que se debe, por lo que la administración ha reorientado esquemas de gasto para hacer frente a esos pasivos.

Recordó que a la universidad se le asignó este año un presupuesto de alrededor de 108 millones de pesos para operatividad, lo que representó un 17 por ciento menos que 2018, y por esa razón se ha implementado un plan para optimizar el recurso.

Por ello, vislumbró que la casa de estudios puede ofrecer diferentes servicios profesionales a la iniciativa privada, con la finalidad de obtener recursos extra y que con ello se pueda hacer frente a los cobros extra por la que atraviesa la escuela.

Destacó que el personal creativo de la universidad ya elabora un catálogo de los servicios profesionales que se podrían ofrecer a las empresas y sociedad yucateca, la cual podrán dar a conocer en breve.

“Llevamos cuatro meses elaborando un catálogo de servicios en donde la universidad salga a vender sus servicios, uno de los ejemplos es que podemos diseñar y hacer lonas y playeras, mientras que los estudiantes de gastronomía pueden vender sus recetas”, comentó.

Otro caso similar es el que vive el Instituto Tecnológico de Mérida (ITM), que solo recibe recursos del Gobierno Federal para pagar la nómina de los trabajadores, por disposición del Tecnológico Nacional de México (TecNM).

Sobre el tema, la directora del ITM, Mirna Manzanilla Romero, comentó que también se aplica un programa de austeridad. Aclaró que en el caso de los tecnológicos no se les manda menos recursos, ya que no operan con ello, sino que lo que se destina solo cubre la nómina de los empleados y la energía eléctrica.

Dijo que lo demás lo tiene que autogenerar la propia escuela y al no tener un incremento de matrículas o cuotas de inscripción, el recurso que se obtiene debe ser más eficiente para que alcance.

Se las ingenian para reinvertir recursos en UPY

Debido a que la Universidad Politécnica de Yucatán (UPY), con apenas tres años de creación, recibió alrededor de 22 millones de pesos menos para su ejercicio presupuestal de 2019 en comparación con el año pasado, ejecuta un plan de austeridad para ahorrar activos que puedan ser reinvertidos de mejor manera en la educación y beneficio de los estudiantes.

Al respecto, el rector de la UPY, Gildardo Sánchez Ante, mencionó que una muestra del crecimiento de la universidad se reflejó este año en el proceso de selección de los aspirantes de nuevo ingreso, ya que la cifra se triplicó con más de 200 interesados, en comparación al año anterior, a pesar de que solo se podrán recibir a 180 alumnos.

Consideró que ante este panorama, en el que se han presentado recortes a las Instituciones de Educación Superior (IES) y los centros de investigación, es necesario que las universidades de nueva creación se adecúen y sean más eficientes y activas en la formación de profesionistas.

De acuerdo con el presupuesto de egresos del Gobierno del Estado para el ejercicio fiscal de 2019, la Universidad Politécnica de Yucatán (UPY) podrá ejercer 31 millones 64 mil 310 pesos este año; cifra que fue menor a la que se ejerció durante 2018, cuando se destinaron 53 millones 733 mil 51 pesos, es decir, una diferencia de 22 millones 668 mil 741 pesos.

Del total a ejercer este año, un millón 950 mil 610 pesos son recursos propios de la universidad; 27 millones 544 mil 881 pesos debe aportar el Gobierno Federal y un millón 568 mil 819 pesos se aportan con recursos fiscales.

Sánchez Ante recordó que la UPY fue creada para satisfacer la demanda de talento humano enfocada a la industria 4.0, particularmente en las áreas de Tecnologías de la Información y Comunicación (Tic’s), Inteligencia Artificial, big data, robótica computacional, sistemas embebidos e internet de las cosas.

Precisó que actualmente cuenta con una matrícula de 304 estudiantes en las diferentes carreras que ofrece, con una plantilla de 33 profesores, más el personal administrativo, que no se ha incrementado en los últimos dos años.

Recordó que desde que inició operaciones, la universidad ha sido austera y este año por decreto del Gobierno del Estado se buscó un ahorro en vehículos, choferes y teléfonos celulares, aunque la casa de estudios no contaba con todo ello desde su arranque, pues ha operado de manera muy ligera.

“Prácticamente lo único que pagamos son los sueldos de los profesores y lo mínimo indispensable para el funcionamiento de la universidad, como el agua de los alumnos y rubros muy sencillos, sin ningún lujo”, aseguró.

Ante este panorama, insistió es que es necesario racionalizar los recursos para “hacer más con menos y que así podamos sobrevivir”. Reconoció que el “recorte” de recursos para las universidades, tanto a nivel federal como estatal, representa un reto para todas las instituciones.

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