Un acto de generosidad que da una segunda oportunidad de vivir

La Presidenta de la Asociación Camila promueve entre los yucatecos la donación de órganos, ya que reitera que 'donar órganos es donar vida'.

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Alis García, Alejandra López López y María Teresa Fernández Maldonado, en Salvemos una Vida. (Wilbert Argüelles/SIPSE)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Promover la cultura de la donación de órganos y tejidos es el objetivo de la Asociación Camila, cuya presidenta, María Teresa Fernández Maldonado, explicó que este organismo surgió a raíz del deceso de su hija en un accidente de tránsito.

“Fue muy doloroso perderla, pero quisimos donar sus órganos en un momento en el que no había mucha cultura en este aspecto, sabemos lo importante que es vivir y a través de Camila se pudo salvar a por lo menos seis vidas”, refirió.

Recordó que Camila tenía 13 años y gozaba de plena salud, por lo que éste es un legado que hace cuatro años dejó su hija y por eso siguen apoyando a otras familias, diciéndoles que “sí se puede”.

Durante la emisión radiofónica de “Salvemos Una Vida”, que se transmite cada viernes por el 100.1 de Amor, las conductoras Alis García y Esperanza Nieto platicaron con Fernández Maldonado acerca del trabajo que ha emprendido y la importancia de promover una cultura de la donación de órganos.

“Las personas no deben tener miedo de realizar este acto, ya que cuando alguien está en el momento difícil de perder a un ser querido se debe pensar que pueden ayudar a otros que están desesperados por vivir, aferrados a la vida por uñas y dientes y que llegue un milagro es lo más maravilloso”, indicó esta luchadora social.

Al respecto, Alis García destacó la importancia de este testimonio porque si en un momento dado algún ser querido se encuentra en la oportunidad de donar sus órganos, la familia pueda tomar la decisión de hacerlo.

“Es muy importante que se hable sobre este tema en las familias, que los integrantes externen su voluntad de hacerlo y pedir que sea respetada”, añadió la fundadora de la Asociación Camila.

La donación

María Teresa Fernández explicó que se puede donar en vida sin que se afecte la vida del individuo. La otra forma es la cadavérica que se da cuando la persona fallece por muerte cerebral.

Recordó que actualmente ya existe una coordinación general de trasplantes estatal y nacional, que espera que la persona fallezca y posteriormente se acerca a la familia para hacer la labor de procuración de órganos.

En caso de que acepten, se procede a retirar los órganos que vayan a ser funcionales a través de la lista de personas; de acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) hay, en promedio, 17 mil personas registradas en espera de ser atendidas.

Cabe mencionar que en Yucatán existe una gran incidencia de males renales, por lo que muchas personas requieren de una diálisis; sin embargo, llega el momento en que se hace necesario el trasplante de un riñón.

Además desde hace cuatro años Yucatán no aparecía en la lista de espera de trasplantes y este 2013 ha habido 13 casos de donación multiorgánica debido a esta cultura que se ha fomentado, incluso ya se hizo en la entidad el primer trasplante de hueso.

“No se queden con esta imagen de la mutilación, tratan a nuestros seres queridos con el mayor de los respetos porque los médicos son los que más agradecen este acto de generosidad de bondad, de amor al prójimo porque pueden salvar otra vida”, destacó.

El testimonio

Proveniente de Chihuahua, con 28 años de edad y receptora de un corazón, Alejandra López López ofreció su testimonio acerca de su proceso para recibir este órgano que le permitiera seguir con vida.

El trasplante del corazón fue de un donante cadavérico, en febrero pasado, acción que le devolvió empezar una nueva vida.

Su historia comenzó cuando tenía 20 años, en ese entonces estaba embarazada y cuando tenía cinco meses se comenzó a sentir mal, le faltaba el aire, se cansaba y a los siete meses, aun sin detectarlo, tenía un problema de crecimiento del corazón y no soportó el embarazo, por lo que hubo un desprendimiento de placenta y perdió al bebé.

A las dos semanas de este doloroso episodio volvió a caer en terapia intensiva y haciéndole exámenes de todo tipo llegaron al corazón, el cual estaba muy grande.

“Detectando esto me pudieron medicar adecuadamente, me estabilizaron y duré dos años y medio con una vida normal, regresé a la escuela, a trabajar, pero de pronto de nuevo comencé a sentirme mal y los doctores dijeron que mi corazón estaba muy débil. Me enviaron al IMSS para que, a través del Centro de Cardiología en Monterrey me valoraran para determinar si era candidata a un trasplante”, refirió.

En el transcurso de la espera su corazón se iba debilitando cada vez más, y cuando llegó a Monterrey la internaron de urgencia.

Recordó que el día menos pensado se realizó el milagro que tanto pedía, alguien dijo “sí” a la donación de órganos, y gracias a eso, ella pudo recibir ese corazón que hoy la tiene llena de vida y decidida a trabajar también para promover la cultura de la donación.

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