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MÉRIDA, Yuc.- La inexperiencia de las adolescentes que se fugan de su hogar para “formar una pareja” provoca que nueve de cada diez regresen al seno familiar, luego de tener a su bebé, informó la secretaria de la Juventud del Estado (Sejuve), Alaine López Briceño.

“Más del 90 por ciento se queda con su pareja por solo un tiempo, ya que cuando nace el bebé se dan cuenta de que no todo es ‘color de rosa’ y regresan con su familia”, expresó.

Destacó la importancia de frenar el embarazo en mujeres adolescentes y el contagio de enfermedades sexuales, por lo cual la dependencia a su cargo ya cuenta con un programa dirigido a ellas.

“Estos embarazos, que en su mayoría son no planeados, se convierten en un problema social, ya que implica deserción escolar, familias desintegradas y carencia de sustento económico, entre otros”, precisó.

Asimismo, la mayor incidencia de adolescentes embarazadas se presenta en los grupos sociales más pobres y marginados de nuestra sociedad.

Entre las causas de estos embarazos en adolescentes citó el alcoholismo, la presión del novio a las jóvenes y el deseo de estas últimas por salir de su casa ante problemas familiares.

Mencionó que ante al aumento en el número de adolescentes embarazadas, la Sejuve fortalece el proyecto intersecretarial “Controla tu vida”, para reducir el problema.

Indicó que con esta actividad, se realizan una serie de talleres para frenar el embarazo en mujeres adolescentes y el contagio de enfermedades sexuales, con un esquema que buscará generar conciencia en un lenguaje que sea atractivo para los jóvenes.

Mencionó que el embarazo precoz es un riesgo latente, y en los últimos años aumentó los casos en jóvenes de 12 a 19 años de edad, con el consecuente peligro físico y emocional que representa para la mujer.

“El problema es que a esa edad la mujer aún no completa su desarrollo reproductivo y emocional, por lo que representa un riesgo para su salud y persona”, precisó.

La funcionaria estatal añadió que las mujeres embarazadas menores de 20 años de edad enfrentan una serie de riesgos biológicos derivados de su inmadurez fisiológica y psicoafectiva expresadas en una mayor morbilidad y mortalidad perinatal e infantil.